jueves, 20 de noviembre de 2025

Haidé Daiban

Otro día en que el viento... 

Otro día en que el viento pasa 
Rozándome como una bendición 
con su caudal de risas, 
risas de fantasma volador 
que montó sobre su corcel desbocado. 
Pasa el viento y me sacude, 
     ¿me contamina? 
     ¿me limpia?
Enrolla mi silueta 
para que ruede junto a mis pensamientos, 
para que abandone los lugares 
      y las cosas, 
para que mis pies dancen, bailen, corran 
y mi nostalgia se desvanezca 
en espirales y estertores. 


Emergencias 

En medio de la noche, impaciencia: 
La sirena que lo invade todo,
espacio y tiempo. 
Paz triturada a dentelladas 
y el frío de un temor extraño, 
como alud, como sismo, 
nos habita. 
Se hace un hueco 
en el filo de la noche 
y es oscuro el pensamiento 
y hasta los pasos. 
Se despliega la estela de aullidos 
y se rasga la vigilia. 
El cielo quedó herido,
rota la luna. 


Salida 

Dinteles herrumbrados. 
La puerta no abre. 
Se crean pasadizos en afán de salir, 
Y secretas sendas. 
En la caverna (pequeña noche) 
Ya no caben los pensamientos, 
Y la lumbre que en rajas ilumina 
Marca hendijas de sol, 
Mas no cielos. 
Orfandad del azul. 
La puerta, hermética respuesta, 
No tiene llamador. 
La paciencia o el empeño 
en conjuro de noches 
o supuestos días, inventará la salida. 
Y un fino sendero de luz, 
dejará transitar al alma. 


Sensaciones 

El canto de la cascada 
en el rasgueo de la guitarra. 
La fuerza de mi tierra roja 
al norte, siempre preñada. 
Y entre las luces 
de mi ciudad, 
tras las techumbres 
de casas 
y sobre cada rascacielos, 
atrapé la mirada 
de la Cruz del Sur 
titilando un guiño cómplice. 


Haidé Daiban 
Buenos Aires, Argentina

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