Retrato de una Mujer Toba
Lejos de una vegetación cubierta en bruma
De portentosa solemnidad silenciosa
Se abre una luminiscencia vacilante
Alerta al asombro
Acorralada quizás por el tiempo
Se desvistió el día, liberado de niebla
En una claridad teñida de magia
El susurro del río, homenajeado
por racimos de espumarajos enredados
Refleja una difusa imagen acompañada
del revoloteo de aves de caprichoso plumaje
cabalgando sobre notas imaginarias
Del réquiem…lacrimosa…de luz eterna
Inunda la vegetación el gris a verde intenso
El cuchicheo del agua en un concierto
profundamente abismal y puro
Una imagen delicada
Acaricia el cristal biselado
La brisa humedece su rostro
La luminosidad, confirma un sol inclemente
Zakin, encendida en el
Mágico reflejo de su semblante
Irrumpe…
¡Una mujer concebida por la belleza!
¡Una plácida fantasía viviente!
Un templo acariciando el cielo
Efigie perfecta y dócil
Quietud mansa sobre la orilla del río
Zarandea rizos caprichosos con sus manos
Su desnudez de doncella, paraliza cualquier permuta
El tegumento refulgente por agua esparcida
Da un brillo extraño a un cuerpo firme.
Liso. Libre de vello.
Vaporoso; sólidamente agraciado
Sutilmente esquivo, cualquier intento intrépido
Dos planetas prominentes
Florecen en su pecho, con dos yemas jactanciosas
Oscilando solidarias y vírgenes
Contrasta su talle poco enunciado
Decreta el inicio de piernas, semejando dos anhelos
Buscando entrelazar pasiones
Sus facciones, delicadamente recortadas
Parecen cinceladas sobre un ébano grácil
Pómulos orgullosos, afloran de impetuosos augurios
El mentón…riñe un cielo límpido
Sus labios; encarcelan el capullo del néctar
Zakin desnuda…Insaciablemente desnuda
Semeja la madre…de América, de Castagnino.
O extrañas reproducciones de Velázquez
Con el color de tez, propia del pincel de Cézanne
Mientras el espectador inerme se mantiene erguido
Estoico y embelesado, desgarrando su orgullo
Sin lograr arrinconar la mirada de Zakin
Esa imagen emociona y desconcierta
Tanta beldad salvajemente bizarra
¡No es aquella Zakin…
Cubierta de holgados atavíos, que conoció huyendo!
Tampoco; con quien platicó en el huerto
O aquella joven, fugada
Ahora…
En el natural marco de una agreste naturaleza
Emerge una Zakin distinta; inundada de candidez y pureza
Liberada de espectrales resentimientos
Abandonados por su designio
Ahora; es…
Una mujer…Del monte impenetrable
Extrañamente desafiante
Orgullosamente dotada de hermosura
Humedecida con filamentos de sombras
Y resplandeces de media mañana
Racionando disimulos
A propios y extraños
¡Una mujer fantaseada por la belleza!
¡Una plácida ilusión viviente!
Encumbrada en un pedestal de frescura
Acarrea un impaciente desvelo
Que la descubre en un sueño
Innegablemente real
Zakin…
Gustavo Vaca Narvaja
Neuquén, Argentina
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