jueves, 20 de noviembre de 2025

Damián Andreñuk

Versos por Vincent Van Gogh 

Con una paz de corderos de ojos santos 
sirven el café, todo harapos y renuncia 
en una comunión azul 
que abriga de la noche que se extiende. 
Con las manos gastadas comparten luminosamente. 
Las caras neblinosas, dignas en la aceptación 
                           como pájaros enfermos. 
Creciendo en un altar de miseria. 
Salvándose de absurdos apetitos de animalidad desbocada. 
¿Una isla de ceniza? 
¿Una caverna gangrenosa en continuo declive? 
¿Un rancho humilde con ángeles de labios tibios?
¿Quién puede señalarles bendición o naufragio? 
¿Están de pie en los escombros de sus sueños arrasados?
¿Hay un alba de diamante escondida en su pobreza? 

Poema inspirado en la obra “Los comedores de papas”, 
 de Vincent Van Gogh, 1885 
         *  *  * 

Versos por Rafael Sanzio 

Un arcángel venciendo a la crueldad. 
Al príncipe del crimen. 
A los ejércitos de las tinieblas 
y sus ojos predadores. 
A quienes bailan al son de una música siniestra. 
A gusanos extraviados en la concupiscencia mediocre.
A los reptiles que esparcen humo negro 
y cascadas de un odio interminable. 
A los ligados a cielos malignos. 
A los que escupen lo bello y lo sagrado. 

Un arcángel audaz y redentor 
en la hermosa gloria del combate 
con un pie sobre la espalda de la oscuridad 
y la luz de la justicia en la punta de su arma. 

Un arcángel con un lirio bendecido 
contra el hambre del dragón. 

Un arcángel instaurando un nuevo Edén. 

Un arcángel que ennoblece cualquier noche. 

Poema inspirado en la obra “San Miguel”, 
 de Rafael Sanzio, 1518 
         *  *  * 

A lo Oliverio 

En 
el rigor 
de múltiples 
pobrezas y una lucidez 
corrosiva un exilio un despertar 
un mazazo violento en la conciencia 
el silencio de la comprensión más terrible 
la época feliz en los brazos de una madre 
el deterioro imparable de la carne 
el calor de palabras con afecto 
la vejez acercándose 
al extraño sol 
del otro 
reino. 


Desdecir la muerte 

Vamos sin miedo a desdecir la muerte 
quienes forjamos zafiros con el sufrimiento 
y lanzamos delirios como rayos
desvariamos al cruzar la lucidez 
expresamos claramente lo terrible 
ponemos arcoíris en el aire 
bajamos la sabiduría de los astros 
arrancamos las máscaras opacas 
celebramos la música y el fuego 
adoramos el vino y la inocencia. 

Vamos con verdad a desdecir la muerte 
a nombrarla con simpleza “mutación” 
a recordar las maravillas que merecen un brindis
a despedir sin culpa 
lo que queda en la piel seca 
de niveles anteriores de conciencia 
extraigamos bendiciones de la sombra 
comulguemos con el éxtasis con el amor sin desenlace 
cuidemos el rubí de las pequeñas alegrías 
hagamos frecuentes las invocaciones a los antepasados 
hagamos una fiesta escandalosa 
por cada carcajada que obsequia la niñez 
bebamos el licor santificado 
de todo lo que aviva 
desentumece 
o despierta. 


Damián Andreñuk 
La Plata, Buenos Aires, Argentina

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