lunes, 13 de marzo de 2023

Alba Aída Oliva

Resurgir 

Resurgir es doloroso, 
Primero es necesario morir. 
La hora de mi primera muerte, 
Amaneció con mi primer poema. 
Sentenció mi condena, la hoja inmaculada, 
Ya después empeñé mi destino, 
Al incrustado oficio de tejer palabras, 
Y pretender revivir en ellas a todas las muertes, 
A todas las heridas, reverberando. 
En este campo en flor, cubierto de zarzas, 
Clavándome sus espinas a cada tramo, 
Sorteando el surco, quebrando malezas, 
Creando espaciales galaxias, donde perder alguna lágrima, 
Recuperando el hálito divino, sostenido en letra viva. 
A veces creo que lo único que vive es ella, 
Se mantiene imperturbable, destilando su esencia sobre mí. 
Yo me dejo morir una y otra vez, para palparla nueva, 
En otra ráfaga de mañana. 
Es la eterna, la primordial, magnificencia lúdica. 
Vibra entre este espejo interminable, 
Siento que me eyecto y me contraigo, 
Estoy en el útero, en la caverna. 
Esperando el ciclo, cada vez más aterida, 
Cada muerte más sola. 


Violeta Parra - Flor de Chile 
(Canción) 

Los sueños de Violeta se elevan 
Claros ojos de viento brillando 
Sus flores perfumadas regresan, 
Con sus versos tiemblan las tonadas 
Y guirnaldas de amor por sus cerros 
Atraviesan el alma del pueblo 
Acaricia su voz, es consuelo 
Para el pobre que no tiene nada 
Más que su corazón y su vuelo 
Redención de clamor que se canta 
Todo Chile es un trino sincero 
Cuando entonas tus coplas Violeta 
Se estremece en tus versos, sereno 
El puro sentir del universo 
Tómame de la mano cantora 
Entreguemos tus coplas al cielo 
Cantaremos en tanto amanezca 
Luminosa la voz del silencio 
Para el pobre que no tiene nada 
Más que su corazón y su vuelo 
Chile dio su flor: Violeta Parra. 


Un poema puede 

Un poema puede desatar el amor. 
Un poema puede asombrar al mundo. 
Un poema puede cambiar tu rumbo. 
Un poema puede parar la guerra. 
Por un poema cercenaron vidas. 
Por un poema se abrió una herida, 
fluyendo sangre por mi vida. 
Un poema que canto en las esquinas, 
poema loco, grito todavía 
salió del alma anda a la deriva 
colmó de gozo, clavando espinas. 
De mi corazón luz encendida 
Paisaje de caricias furtivas, 
coronó de perlas con su risa. 
Poema mío que nació de la nada, 
poema mío la rosa más galana 
convertido en río cruza por mi alma 
Protegió del frío, sembró esperanza 
lo dejo prendido de tu cara, 
tu cintura y lo pliego a tus alas. 


Alba Aída Oliva 
Mataderos, Ciudad de Buenos Aires, Argentina 

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