viernes, 16 de septiembre de 2022

Luis Alberto Serrano

El dragón de oro 

   Llevaba en coma unas semanas. Los tres hermanos estábamos a sus pies, día y noche, relevándonos y organizados. Mi hermana, la más pequeña, que hacía los turnos los fines de semana, vino inquieta. Dijo que papá había despertado un segundo y, con un pequeño hilo de voz, le susurró algo que no llegó a entender del todo: “nunca pierdan el dragón de plata, pero no lo custodie ninguno”, antes de volver a sumirse en el sueño conectado a la máquina que lo mantenía vivo. ¿Qué quiso decir?, nos preguntábamos ante el enigmático encargo. 
   La clave debe estar en el cortijo de la sierra, pensamos. Al día siguiente, mi esposa hizo turno en la habitación del hospital para que pudiéramos ir a “rebuscar” a ver si hallábamos algo que nos pudiera dar una pista acerca de ese mensaje. Lo encontré en una desvencijada caja de música. Era un anillo de plata con un dragón de oro engarzado. Al rato, una llamada nos alertó del fallecimiento de nuestro padre. 
   No sabremos nunca lo que significó este sello para él. Y eso que intentamos investigar el significado, consultando con expertos en la materia. No sacamos nada en claro. Lo mejor que se nos ocurrió esa tarde fue decidir que deberíamos llevar, un mes cada uno, el anillo en señal de respeto a su última “orden” de protegerlo como si fuese a él mismo. Hoy, creo entender que eso era lo que quiso hacer con su última voluntad, para mantenernos unidos para siempre. 


Luis Alberto Serrano 
Islas Canarias, España 

4 comentarios:

  1. Mil gracias por el apoyo... un abrazo enorme desde Islas Canarias

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    Respuestas
    1. Con todo gusto, Luis, gracias a ti.
      Mis cordiales saludos y mis mejores deseos

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  2. Luis Alberto.
    Qué linda historia y tierno final.
    Me gustó y llego a mil alma. Gracias!!

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