Mientras el fresco aguacero
se filtra en la tierra
el cielo se emplomiza más.
Las aspas del viejo molino gimen
rompiendo la transparencia del silencio
por movimientos que origina el viento llorón.
Fantasmales visiones
emergen de los viejos troncos anudados.
El agua empapa las figuras
que arrulló el tiempo
y
las iluminan los cañonazos
que incendian el cielo.
La promesa del agua
Sopla un aire melancólico.
Un rehilete de fuego cruza el vitral,
ilumina una pared de ladrillos,
rojos y carcomidos.
Una planta trepa hacia la luz.
Un remolino de tierras y hojas,
anuncia la promesa del agua.
Aspiro el olor a tierra mojada.
Las lluvias de mayo,
alegran las raíces y despiertan jardines
de flores dormidas.
A lo lejos,
se unen vuelos errantes
de cansados pájaros que brotan
de aquí y allá.
Un ping pong visual.
Figuras contra el viento.
Cantos inciertos,
una lenta tristeza crece,
aferrada y punzante.
Cayó el silencio.
¡Qué maravilla!
Un delicado equilibrio
a punto de romperse,
por los grises que vetean el cielo.
Daniel Gorosito
Nació en Montevideo, Uruguay. Reside en Irapuato, México
Una hermosa poética la de Daniel Gorosito, donde los sentidos apuntan al núcleo preciso en cada instancia. Toda imagen, todo significado, transita por el fino hilado de la sensibilidad.
ResponderEliminarMuchas gracias, Analía, por darle cobijo en tu revista.
Muchas gracias, querida Lina.
EliminarMi abrazo
Bellísimas imágenes donde no falta nada para sentir la naturaleza toda.
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Cristina.
EliminarCariños