¿Qué tan importante
fui para ustedes?
Feliz bajaba, clarita y dulce
de la cordillera,
toda la madre Tierra
cantaba con mi llegada,
era vida, amor.
Cuando los políticos
y empresarios,
que son los mismos,
me convirtieron en un negocio,
morí y ustedes conmigo,
me utilizaron en sus industrias,
se apropiaron de mí,
me cubrieron
con mis peores enemigos:
El Petróleo y la basura.
Nadie me protegió.
Así que, lo siento,
no me cuidaron,
ahora sigan sufriendo.
¡YO SOY EL AGUA!
Mujer
(A mi Esposa)
Tus pasos cansinos
siguen imperturbables
marcando el sendero,
preparando el camino
para tus hijos y nietos
sea menos pedregoso,
sea más fácil
para transitar.
Tu cuerpo adaptado
al trabajo, al amor,
muchas veces te azota
para detener tu marcha,
para dirigir tu destino;
pero lo sabemos,
sólo Dios puede detener
tus ímpetus de cuidar,
acariciar, sonreír.
Estamos tranquilos,
nada nos detiene,
nada nos asusta,
porque sabemos
que siempre
contamos contigo
MUJER.
Ricardo Ponce Castillo
Coquimbo, Chile
Ecológico y comprometido el primer poema y de amor y agradecimiento el segundo. Buena entrega! Alfredo Lemon desde Córdoba Argentina
ResponderEliminarSe trata de una poética inquietante, sin lugar a dudas. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lina y Alfredo.
ResponderEliminarMi abrazo