viernes, 17 de julio de 2020

María Cristina Berçaitz

Buenos Aires. Otoño 2020

Sucedió esa noche de otoño. Las manecillas del reloj se acercaban a las doce. No sabía si era hoy, o había pasado a ser mañana.
Me senté frente al ventanal. Miré hasta donde alcanzaba mi vista, como si quisiera escapar del encierro.
Creo que la naturaleza estaba consciente de mis preocupaciones porque reflejaba una pesada calma con un mudo silencio.
El día triste, la tarde lluviosa.
Noté una tenue claridad lunar que iluminaba una densa neblina. Apenas veía el techo de los edificios y a lo lejos vislumbraba el río. Sentía que volaba y que observaba el paisaje por la ventanilla de un avión, con la luna como única luz sobre un mundo quieto y hosco.
Un sorbo de whisky hizo más amable el momento. 
La campanilla del teléfono me distrajo del concierto que escuchaba-veía por televisión. La voz del otro lado me volvió a la realidad.
Todo pasó esa noche de otoño, cuando las manecillas del reloj se acercaban a las doce. No sabía si era hoy, o había pasado a ser mañana. 

*  *  *

A tus flamantes ocho años

Tiene sentido, abuela:
-Y tu voz se extendió en una sonrisa-
Que a la noche sobrevenga el día,
que la lluvia lave el cauce de los ríos
y el viento meza los sauces cristalinos.
Tiene sentido, abuela, repetías,
       que tu pecho contenga mi ternura
y me envuelva en tu abrazo desprendido,
       que mis ojos se pierdan en los tuyos
y entre mis manos quepa todo tu cariño.


María Cristina Berçaitz
Buenos Aires, Argentina

5 comentarios:

  1. Estos textos tienen un aura muy especial, el cariño por la escritura se refleja en ellos, lo que resulta muy valorable.

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  2. Muchas gracias, Lina.

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  3. Muy interesante esta prosa poética, donde uno se siente entre el hoy y el mañana, como si fuera un estado necesario para volar o quedar en alfa, con las agujas del reloj detenidas y los sueños andando. Muy linda; y el poema, con versos donde la ternura desborda! Gracias Poeta por compartir tu Otoño y por esos 8 años donde las abuelas tienen su lugar de pertenencia. Gracias Anita por la selección de textos tan apropiada. Abrazos a las dos

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