viernes, 17 de julio de 2020

Mariana Bernárdez


Dicen que nada hay en los bancos de niebla
ahí donde despunta su atolón
    tiene lugar lo inabarcable
Quien se aventura por su espacio
     no escucha acorde alguno
no hay faro ni guía que invada su bruma
e inevitable es que entre sus crestas
pronto extravíe su salvoconducto

Relegados a la clandestinidad
                                               los que han vuelto
lucen en el semblante la llama del desatino
y con premura buscan retornar a su paraje

Dicen que en su vista oscilan las fogatas de San Juan
              ¿será por la lisura de su agua?
              ¿o por la nostalgia que inflige su abandono?

Yo no lo sé de cierto
pero a veces despierto con esteros de luz en el cuerpo.

*  *  *

Padre trajo el color de los árboles en los ojos
     y esa niebla
No supimos cómo decidió
                             acercarse a su ribera
ni cuándo soltó las amarras

Ahora en lugar de árboles
             trae consigo el olor de la marisma
y no intima ya con la lengua de las cosas
 sino con el monosílabo del símbolo
A menudo su mirada apresa
    un revoloteo de garzas
y otras presiente en el puño
    un manojo de guijarros

Padre subyugado por madejas de cuentos
ensaya la dignidad
    de quien se confiesa en el entre
Se desprende
pero aún sana y alumbra en el bien/venir
  la algarabía pura del despertar

Se aligera del peso de lo falso y lo nimio
y nos muestra en su desacierto
lo que significa morir en la raya
acomodar la figura en el pretil
             donde lo de atrás se desvanece
             y lo de adelante seduce
con la frente de cara al sol
de pie
y el semblante de un deslumbrado.


“Posdata”, en Simetría del silencio, libro de la autora. México: Fundación René Avilés Fabila e IPN, 2009
Mariana Bernárdez
México

6 comentarios:

  1. Qué buenos poemas! Gracias, Analía!!!

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    1. Gracias a vos por tu lectura, querida Norma.
      Cariños, con salud y alegría
      Analía

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  2. Ciertamente no conocía a esta poeta que me parece muy valiosa.
    Te agradezco, Analía, que la trajeras a tu revista.

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    1. Soy yo quien agradece tu apreciación, Lina.
      Cariños
      Analía

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  3. Poesía luminosa, radiante de espacios con olor a mar; cantares de ojos y brumas y espuma... hermosos los temas y sus metáforas... "trajo el color de los árboles en los ojos" y uno los imagina madera o savia... Hermosísimos y vitales poemas. Gracias enormes Mariana por tus versos y a tí, Anita, por compartirla. Abrazo grande a las dos

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    1. Muy agradecida por tus conceptos y tu lectura atenta, Ana.
      Cariños
      Analía

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