Ay, amiga: qué lindo es pensar
Pensar, por ejemplo,
que la noche está soleada
y me proyecta
en su hombro
para que su sombra
en mi silueta
refleje
callada mi desnudez
durmiendo…
Que bailan mis cabellos
en la luz de sus párpados
y, tomados por sorpresa,
me tapizan de lágrimas
en esta noche clara
de ausencia y esperanza.
Ámsterdam,
julio 2002
Silbido de guitarra y musgo
Para Traful, allá en la tierra (1-10-39 - 13-8- 07)
Pasan las máscaras vacías llevando cada día
una certeza distinta como aquel carnaval interminable
que fueron nuestras vidas. Pasan, algunas más sonrientes,
y van a atardecerte
en la laguna del primer encuentro en su fuente
en la laguna del primer encuentro en su fuente
con la primera sangre.
Repican los golpes del agua en las paredes,
pero ahora sin dolores,
Repican los golpes del agua en las paredes,
pero ahora sin dolores,
en la cocina adonde aun está hirviendo
aquella tu compota francesa de manzana.
Repican los relojes en mi ronda
aquella tu compota francesa de manzana.
Repican los relojes en mi ronda
que tu ceniza expande en la
última hora.
Como contigo, buen cumpa, como y tomo
siempre en la misma mesa roja, como sola
con tu guitarra hecha pedazos por el aire,
Como contigo, buen cumpa, como y tomo
siempre en la misma mesa roja, como sola
con tu guitarra hecha pedazos por el aire,
y en mi mano quedas silbido de
cigarra,
noche de viento y grapa. Entro
en tu sombra.
El Paraná se ha tornado
chacaimanta.
Y vos? en movediza arena de
verano.
Epping, septiembre 2008
Epping, septiembre 2008
Marta Zabaleta
Nació en Santa Fe, Argentina. Reside en Londres, Inglaterra
Muchas gracias por tu envío, y por incooporar dos poemasmios.Abrazos, Marta Zabaleta
ResponderEliminarCon toda alegría y cariño, mi querida Marta. Gracias a ti!
EliminarMi abrazo y mis mejores deseos
Analía
Mis cariños a la lejana Martita, a quien perdí entre los recovecos de internet. Lina
ResponderEliminarGracias Lina. Marta es una querida amiga.
EliminarMi abrazo
Analía
Recuerdo que Traful, para mí, era recordar la casa de mis abuelos en Rosario (leía ese nombre en los sanitarios del baño); no sé si es por eso que leí el poema con el alma abierta, o por los carnavales interminables que también vi. La cuestión es que sentí próxima la poesía, con un regusto de grapa.
ResponderEliminarGracias por las sensaciones.
Muchas gracias por tu lectura, Fénix.
EliminarMe reconforta saber que las palabras de esta escritora te acercaron gratos recuerdos.
Mis cordiales saludos y mis mejores deseos, que estés muy bien
Analía