jueves, 23 de abril de 2020

Damián Andreñuk


Noche inapelable

Endebles y efímeros puentes nos unen por momentos.
Sólo veo caos  un sálvese quien pueda.
Aunque me llegue la noche inapelable
o las sombras del invierno me acorralen
o el llanto contenido  me torture desde dentro
apelo a mi tenacidad  mi instinto de supervivencia.


*  *  *

No tiene explicación tanta belleza
cuando logro dominar a mis demonios
y siento que mi corazón nunca se rinde.
Cuando una fuerza extraña
me recuerda con benevolencia que nada hay que temer.
Cuando me interno en mi respiración
me entrego a mi presente
y la vida hace el resto.


La última inocencia

El amor es como un duende misterioso
atravesando enteramente nuestra sensibilidad
con una espada inmaterial que llega hasta los huesos.
Flotan aromas agradables a tomillo
  albahaca y eucalipto.
Liebres de nieve van corriendo muy muy rápido
    sobre la última inocencia.

En ocasiones,
en muchas ocasiones
(en demasiadas ocasiones)
desconocemos por completo junto a quién hemos vivido.
                    Quién nos prepara ocultamente
                su más sádico veneno.

Hay personas extraviadas por la vanidad
adorando tristemente lo superfluo.
Proféticos linyeras como poseídos
vociferando dondequiera el padrenuestro
y otras duras plegarias.


Damián Andreñuk
La Plata, Buenos Aires, Argentina

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