Banderas de Poesía
“...estas palabras suaves ásperas ayuntadas
por mí
me
van a costar la salvación.”
Juan Gelman
… Y te salvaste Juan.
Y nos salvaste …
Fueron ellos, tus poemas.
Esa “manada de
pedazos”
que en tu voz, respira todavía
y vibra en nuestra piel
cada vez que tus “palabras
suaves ásperas”,
aceleran sus latidos.
Es “la memoria de la
sombra”
que clama en tu palabra herida.
Y es una luz recuperada
tu voz, denunciadora
en nombre de otras voces
que ya no escucharemos,
porque amarraron su aliento;
porque apagaron sus días…
…Y seguirás salvándonos de largas noches,
iluminándonos con tu osadía,
como se salva al Hombre,
cuando se recupera la Justicia.
Como se salva la Esperanza ,
enarbolando “Banderas de Poesía”.
Adiós en primavera
Nos despedimos ayer,
cuando arrancaban tu suelo…
Con ojos asombrados recorrí tu estatura.
Mi mano temblorosa, averiguó tu corazón de cedro.
Estabas como siempre en tu verde azulado.
Testigo de la tarde, cómplice del silencio.
Compartimos los años de dos vidas diferentes.
Tú: multiplicando pájaros
y dibujando en las nubes el contorno del cielo.
Yo: dividiendo esperas
y escribiendo en las almas el proyecto de un sueño…
Tú: ganando en altura.
Yo: tratando de hacerlo…
Te descubrí muchas veces protegiendo mi desvelo.
Y otras tantas codicié tu elocuente silencio.
Equivocaron tu sitio …
A veces el destino nos sorprende en el vuelo…
Estuviste de pie hasta el último momento.
Quisiera tener tu imagen cuando termine mi tiempo.
Tú, fuiste el Cedro Azul del Jardín del Colegio.
Guardián de confidencias,
sabedor permanente.
Yo, superando otoños y renovando sueños…
Asumo mi estatura;
soy tan sólo un maestro.
“Colores”
Necesito un color
cada mañana,
para apartar las sombras
de la noche
o aquellas que me asaltan
a plena luz del día.
Necesito un color
que me habite y me transforme
como el verano,
cuando estalla en los frutales,
o la simiente,
despertando en cada espiga.
Necesito un color
para vestirme de azul-espacio,
de rojo-amor; verde-esperanza
o blanco: luz y energía.
Un color; cada mañana,
mi fortaleza y estandarte,
cálida vestidura
para enfrentar molinos
y atravesar con ellos,
el arco iris de la vida.
Irma Droz. Santa María de Punilla, Córdoba, Argentina
---
Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que
tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una
pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que
no tiene limites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos.
Facundo Cabral
---
---
Estos relatos breves lograron conmoverme mucho, rescato la frescura del lenguaje y el recorrido natural de las historias.
ResponderEliminargracias por compartirlo, gracias también a Analía por las buenas selecciones.
Abrazo a ambas
Betty
Gracias por tu lectura y tus conceptos, querida Betty.
EliminarSaludito cordial
Analía