miércoles, 23 de enero de 2013

Pilar Molina García


-España-

Telas y pigmentos

Reposo mi esencia entre lienzos y tinturas
alfabetizando mis docencias en exquisitos instantes.
Hoy, visité sin permiso las estancias de un insólito museo
donde se permite abrazar en silencio un cuadro con mis ojos
profetizando una frágil voluntad, desvaída por el tiempo.

Magistrales efectos reposan en sombras de tragedia,
confundiendo esbozos, telas y pigmentos.
La perfecta simetría entre lápiz e ingenio
da como resultado una súbita secreción de leales fascinaciones,
estableciendo mi pérdida en la más dulce de las demencias.

Pretendo amasar estrofas con brisas y tintes fríos,
vaciar brochas y verbos en láminas repletas de suaves requiebros.
Dibujaré de forma irremediable líneas de adoración en tus cálidas manos,
puesto que los crepúsculos codician los disimulados besos
que viven entre mis poemas y tus incoloros empeños.

Acude puntual a la cita que propongo,
mi alma será el pincel y el lienzo… tu regazo.


Dóciles blasfemias

Lo dejaré en tus manos y volveré a reclamarte,
como si de ayer dependiera, como si de mañana se tratara.
Contemplo el reloj y sus calmosos avances
impacientando cada resquicio de tiempo
en las más absoluta de las nadas.

Es una lástima que el teléfono no hable,
permitiría interesantes treguas entre tu boca y mi oreja.
Posees un modo impecable de argumentar abandonos,
no es ninguna novedad que los benignos rezos esperan
sentados en cordiales tumbas de meditada satisfacción.

Quizá fue una osadía por mi parte pretender
construir un palacio con pilares de una cuadra.
El súbdito alojado en la recámara de tus abrazos
reclama con urgencia dadivosos te quiero,
conservando en una esquina, la espera de dóciles blasfemias.

Ahora, descifra mi cordura sin contemplaciones,
como verás, ya no tengo miedo, ya no tengo orgullo,
ya no tengo nada…


Héroes y propósitos

En medio de alambradas y barro,
experimento el miedo de cerca.
Flujo y arterias se entremezclan
dejando tras de mí
un rastro de infinita desolación.

Niños con disfraz de hombre juegan a la guerra,
intentando ser héroes con propósito inalterable.
Suenan melodías disfrazadas
de proyectiles sin dirección,
encasillando el miedo y restableciendo mi impaciencia.

Propósitos sin sentido
establecen las reglas del juego.
Déspotas y autócratas
fascinan la mente del débil,
enredándolo fielmente al más hábil de los decesos.

La oscuridad se cierne sobre mi testamento,
mis ojos se cierran ante tanta estupidez.
Aquí, tras los espinos, todos somos vulnerables
ciñéndonos fielmente a un guión
que ni siquiera pretendimos interpretar.

Me despido sin remite,
puesto que mi dirección no está decidida.
Piensa en mí cada noche
cuando tus manos rocen mi soledad,
pues el amanecer vino a declararme…que no volveré a verte.

  
***********************************************
El destino no reina sin la complicidad secreta del instinto y de la voluntad.
Giovanni Papini


2 comentarios:

  1. Descripciones de realidades vívidas, excelentemente logradas..."Magistrales efectos reposan en sombras de tragedia,
    confundiendo esbozos, telas y pigmentos."(de la visita al museo). Felicitaciones...

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