miércoles, 23 de enero de 2013

Agustín Elías Jijena Sánchez


-Buenos Aires, Argentina-

Si vienen…

A Federico García Lorca y a mi fantasma por La Argentina

¿Cuáles ojos arrojaste ante la furia desatada,
sabiendo lo que los brutos iban a buscar?
¿En qué versos y brazos se te ocurrió pensar,
presintiendo que faltaba tan poco para la nada?

Si tú has lagrimeado, te prometo que lloraré,
pero si te has sabido mantener burlesco y entero 
ante ese disparo cobarde que tampoco yo quiero,
si te les has reído, te prometo que yo sonreiré.

Tú que conocías bien el poder de la palabra en poesía;
yo que sabiendo de tu historia no modifiqué mi destino,
aún si la Demagogia Dictatorial la próxima vez sí dispara.

Tú que en España has muerto por la necedad de un cretino;
yo que por Europa huyo de iguales brutos de mi trágica hora,
si vienen, estate a mi lado, Federico, ¡y hazme caer a tu sombra!


Buscándote para ir al Paraíso

Arrojé las ganas sobre la mesa de un indefinido café
ante la incertidumbre de si podrías hoy encontrarte
con toda la ofrenda de este ejemplar de nobleza varón
que de verdad quiere en este día brindar por amor.

Yo no lo sé si está lloviendo ni si has visto algo de sol
bastantes normas he cumplido al salir algo más cubierto
si importa casi poco y nada lo que se lleva sobre esta piel
cuando el único color que nos atrae es el de la desnudez.

El ardor que has encendido quema mis muertos romances
de la memoria que quiere reescribirse con alma de tus besos
edificando un paraíso donde no haya palabra ajena a nosotros.

Me sentiré adánico al tenerte hecha mía calmada en mis brazos
y aunque sepa que te convertirás en una perdición de manzanos
celebremos el origen animal de una pasión hecha por almas audaces.

Madrid


El reino de la confusión

Los policías romanos custodian a un papa alemán.
Un hindú fotografía a su pequeña mujer obligada.
Un oriental esquiva con miedo mi mirada occidental.
Una argentina protesta por el calor y el costo de las entradas.
Una minifalda sin bragas va perdida en exhibición por allí.
Unas gafas negras inglesas niegan la borrachera de anoche.
Ninguna pizza para guiris sacia bene a mi religiosidad.
Miles de artefactos registran a un dios que oculto está.
Me exiliaré de este pequeño reino y me iré a la Roma
para ir a la tumba de Ignativs en la Chiesa del Gesù;
allí con certera calma y real alma me arrodillaré para rezar
¡ay de Jesucristo nacido en un pesebre y muerto en la cruz!

Piazza San Pietro, Vaticanæ


Flecha de mí

A Leonardo Killian

¿Será mi cuerpo materia de arco griego
comandado en la guerra por un dios,
o sufriré ese talón de ser una deidad
entregada por igual al azar y al destino?

¿Verán mis ojos el recorrido de la historia
de la primer flecha que lancé en las Antillas?;
la que tensé con un beso en el instante final
previo al vuelo que defendió a mis hermanos.

Sé que arrojo versos como locas flechas liberadas
sabiendo que algunas clavarán mi propio corazón.
También sé que me anima un arquero que confunde:
dispara al aire pero al caer da en el blanco con precisión.

Zagreb


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Necesito de un amigo que reciba con gratitud mi auxilio, mi mano extendida, aún cuando eso sea muy poco para sus necesidades.
Charles Chaplin


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