jueves, 4 de septiembre de 2025

Bertha Carou

A Federico García Lorca 

Se adormece en el aire la sospecha 
de puñales en danza con la Muerte; 
en la faz de la luna ríe la suerte 
del eterno romance y sus endechas. 

El corazón gitano que aprovecha 
la pasión de su sangre en la que vierte 
un semental de toro en lidia fuerte, 
deseos y traiciones que lo acechan. 

Federico en un vuelo de alborozo
abre sus alas de inmortal textura 
iluminando todo lo que toca. 

Renace en cada voz; renace el gozo 
de su verso nutriente de frescura 
y del hechizo que el poema evoca.

                                                      Invierno de 2004 


Buenos Aires querido 
(y no) 

La palabra 
cuelga desollada 
en un pacto con el desaliento. 
La noche es amplia 
y se traga todos los encuentros. 
Es verano en Buenos Aires 
ciudad caldera 
uno que otro grito contenido
unomásunomásotro 
es la catedral del grito 
como el bolero de Ravel 
sin Ravel. 
En el umbral del caos 
vociferan látigos calientes 
mientras las horas 
inmutables 
trituran los relojes. 
Ventanas iluminadas 
nos hacen guiños 
desde los cuerpos de gigantes. 
Mundos entrelazados 
en la realidad de las paredes 
mundos anónimos 
ensimismados 
demasiado en sí mismos. 
“¡Acá estoy yo!” 
(parece decir este mendigo cubierto con diarios) 
“Derrumbe de la Bolsa en New York”
“Desempleo en los países desarrollados” 
“Pánico en los mercados” 
“y acá, yo“ 
(una mujer solitaria corre tras su alma) 
estira sus brazos pero 
no la alcanza. 
Se debate entre el afuera y el adentro. 
El llanto le inunda la cara 
en ella se refleja la luz de las ventanas. 
Por un momento 
son lágrimas de luces, 
pero no. 
Es luz indiferente 
parece una caricia 
pero no. 
Acelero mis pasos por la calle 
me alejo 
con las manos llenas de nada 
de huecos sin sentido 
y las abro 
para que se llenen y vuelen y se posen 
en alguien 
en uno 
o tal vez en otro 
que anda por ahí 
enredado en la gran ciudad 
y su caos de bocinas 
luces 
tráfico. 


Paz 

Por si acaso la escribo 
desde el silencio 
de las tumbas de soldados 
desde el espacio perdido 
de inocencias 
desde la vida que crece
en otra parte… 
Por si acaso la escribo 
para arrancarle al poema 
desde el blanco espacio 
del papel 
esa palabra que une en lazos 
a los hombres 
con disparos de luces 
con metrallas de goces. 
Cuando el blanco estalle 
la palabra PAZ será certeza. 


Paz: poema leído por Edith Checa en la audición ‘Tus poemas por las ondas’ . Radio 3 de Radio Nacional de España, en el programa ‘Rincón Literario’ 
Últimos dos poemas tomados de las páginas web: Deliteraturayalgomas y Vapatomoi 
Bertha Carou 
Lincoln, Buenos Aires, Argentina

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