Soy una mariposa, efluvios y colores son mi tersura
Voy flotando libre entre capullos y libaciones
Añoro los perfumes exóticos y los suaves pétalos fragantes
Silencio en mi devenir danzante sobre cielo y prado
Ejecuto mi danza y mi concierto rodeada de infinita belleza
Las flores y los pájaros son mis amados amigos
No tengo casa ni nido, ni tampoco sé de mi efímera existencia
Una soñadora que al fin no envejecerá nunca,
Mi canto es sólo audible a mis amados y mi noche
Estrellada no espero, vibra mi alma siempre en nuevos devaneos.
Bulerías del que sueña
Bulerías, bulerías,
bulerías del que sueña
la penita y la alegría
cantan la misma copla
y en sus cantares se mezclan
Cuando llegaste a mi vida
me llenaste de certeza
ahora te me estás yendo
y me dejas la tristeza
Bulerías, bulerías
bulerías del que sueña
El triunfo es una carta
que pocas veces se juega
Algunos las tienen todas
pero nunca más las sueltan.
Cruz
Yace en su cruz el señor,
su cuerpo tan torturado
como tanto nos ha amado.
Son sus lágrimas dolor,
calvario estremecedor.
Mi camino tan turbado
a tus pies me he postrado
Y el verte tan abatido,
mi espíritu conmovido.
Mi pecado has perdonado.
Declaro el amor
En este instante y por toda la eternidad declaro:
que asistiré siempre al amor en toda hora,
seré sometida a su causa de por vida,
inmolada en su ley, si se decreta,
que buscaré por toda nuestra tierra,
manantiales, praderas, rocas, estepas,
hasta encontrarlo si aún no lo tuviera.
No hay nada bajo el cielo más sagrado,
que hombres y mujeres se profesan,
el que levanta la fe de los caídos
y llega hasta la niebla más espesa,
El único capaz de mitigar el dolor
y transformar el odio.
Por eso te declaro el amor,
hermano mío, fervientemente espero
que lo tengas, que te llegue como a mí.
Lentamente, sangrante, retaceado, con malezas.
Un amor, mil amores, que rebose el corazón
y no te afanes si ese caudal pesa.
Es necesario cargarlo muchas veces,
parece que te quiebras cuando tiembla,
Mas te aseguro que nada te conforta
tanto como sentirlo,
Por ello hago un manifiesto:
amando viviré, aun si representa un desatino,
el porvenir empeñaré y mi destino acaso.
Últimos dos poemas tomados de:
Alba Aída Oliva
Mataderos, Buenos Aires, Argentina
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