lunes, 22 de abril de 2024

Alba Aída Oliva

Mariposa 

Soy una mariposa, efluvios y colores son mi tersura 
Voy flotando libre entre capullos y libaciones 
Añoro los perfumes exóticos y los suaves pétalos fragantes 
Silencio en mi devenir danzante sobre cielo y prado 
Ejecuto mi danza y mi concierto rodeada de infinita belleza 
Las flores y los pájaros son mis amados amigos 
No tengo casa ni nido, ni tampoco sé de mi efímera existencia 
Una soñadora que al fin no envejecerá nunca,
Mi canto es sólo audible a mis amados y mi noche 
Estrellada no espero, vibra mi alma siempre en nuevos devaneos. 


Bulerías del que sueña 

Bulerías, bulerías, 
bulerías del que sueña 
la penita y la alegría 
cantan la misma copla 
y en sus cantares se mezclan 
Cuando llegaste a mi vida 
me llenaste de certeza 
ahora te me estás yendo 
y me dejas la tristeza 
Bulerías, bulerías 
bulerías del que sueña 
El triunfo es una carta 
que pocas veces se juega 
Algunos las tienen todas 
pero nunca más las sueltan. 


Cruz 

Yace en su cruz el señor, 
su cuerpo tan torturado 
como tanto nos ha amado. 
Son sus lágrimas dolor, 
calvario estremecedor. 
Mi camino tan turbado 
a tus pies me he postrado 
Y el verte tan abatido, 
mi espíritu conmovido. 

Mi pecado has perdonado. 


Declaro el amor 

En este instante y por toda la eternidad declaro: 
que asistiré siempre al amor en toda hora, 
seré sometida a su causa de por vida, 
inmolada en su ley, si se decreta, 
que buscaré por toda nuestra tierra, 
manantiales, praderas, rocas, estepas, 
hasta encontrarlo si aún no lo tuviera. 
No hay nada bajo el cielo más sagrado, 
que hombres y mujeres se profesan, 
el que levanta la fe de los caídos 
y llega hasta la niebla más espesa, 
El único capaz de mitigar el dolor 
y transformar el odio. 
Por eso te declaro el amor, 
hermano mío, fervientemente espero 
que lo tengas, que te llegue como a mí.
Lentamente, sangrante, retaceado, con malezas. 
Un amor, mil amores, que rebose el corazón 
y no te afanes si ese caudal pesa. 
Es necesario cargarlo muchas veces, 
parece que te quiebras cuando tiembla, 
Mas te aseguro que nada te conforta 
tanto como sentirlo, 
Por ello hago un manifiesto: 
amando viviré, aun si representa un desatino, 
el porvenir empeñaré y mi destino acaso. 


Últimos dos poemas tomados de

Alba Aída Oliva 
Mataderos, Buenos Aires, Argentina 

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