Silencio negro
Noche
que me libera de las razones,
de los salones, de los sofismas,
de las piruetas, de los pretextos,
de los odios calculados
de las matanzas humanizadas.
Léopold Sédar Senghor
¿Cuánto
pesa el aire
en el silencio?
-No
puedo respirar-
gritó el cimarrón
apretando el árbol
como un último intento
de abrazarse a su sangre.
-Não
posso respirar-
dijo el niño en la mina
y el látigo le partió la mejilla.
Era la misma frase que en otras latitudes
repite una muchacha
cuando su amo le desgarra el pubis.
“No
puedo respirar”
suplicaba George Floyd,
como un pez en las redes,
pero nadie se atrevió
a violentar el protocolo.
Cuánto
pesa el oxígeno -
piensas mientras te extingues
y huyes con tu latido
como un leopardo en vuelo.
31 de mayo
Lucía Alfaro
San José, Costa Rica
Muy fuerte ese cruce entre la historia de ayer y de hoy en distintas latitudes.
ResponderEliminarExcelente poema, sin duda alguna.
Abrazos.
Agradezco tus conceptos, Lina.
EliminarMi abrazo
Analía
Me encantan los Inter textos colectivos y la muerte de esa persona especial Se corta la respiración Gracias, Lucia, poeta sensible También me gustó el de Ronald , muy distinto !!!
ResponderEliminarGracias por tu lectura, María.
EliminarSaludos
Analía
Buen poema, un saludo desde Fomento Cuba.
ResponderEliminarGracias por tu lectura, Anabel.
EliminarMi abrazo
Analía