Aquel año fue Papa Noel sin disfraz. Trabajando había descubierto un nuevo signo de pobreza: casas sin broches para colgar la ropa.
Eran varias. Quizás muchas más allá de su recorrido.
El cartero fue comprando durante el año bolsas de broches. Cerca de navidad las fue dejando con o sin correspondencia en aquellas casas despojadas de broches, donde la ropa se secaba a merced del viento.
* * *
Se conocieron en un día de lluvia.
Mi padre ofreció llevarla bajo su paraguas, mi madre aceptó.
Vivieron bajo esa simbólica imagen del paraguas protector toda su vida compartida.
Textos tomados de Inventiva Social, publicación digital dirigida por Eduardo Coiro
Eduardo Coiro
Temperley, Buenos Aires, Argentina
En estos tiempos que corren es imprescindible leer estas lindas historias, tan afectuosas, reconfortantes y tiernas. Gracias por ello.
ResponderEliminarGracias por tu lectura, Lina.
EliminarMi abrazo
Analía