Maldito destino
Y fue el destino, sí, el del mal
paso.
Cansado ya de tanto desparpajo,
de tanta mentira, de tanto
desconcierto
salió del brete, cambió
levemente el rumbo que llevaba,
dejó entrever la verdad que
oculta estaba,
y ésta saltó como un felino a la
cara.
Y fue el destino que se movió un
poco.
En un descuido cambió la
posición en su moldura,
se corrió hacia un lado sin
preverlo
dejando al desnudo la mentira.
Destapó, modificó, el ritmo que
traía.
Cambió la luz de enfoque,
corrió la cortina que ocultaba,
enmudeció a los engaños que
triunfaban,
cayó la voz de los que hablaban.
Sólo los hechos expuestos han
quedado,
dando un giro veloz a esta
historia.
Es el maldito destino que no
supo,
prevenir, dar un tiempo, un
acomodo.
Y ahora que… con tanto
descalabro,
cómo seguir ahora que se sabe?
cómo hacer avanzar las agujas de
relojes?
cómo vivir, luego del atroz
momento?
con la tristeza que embarga el
pensamiento.
Es el instante, sí, de darse
cuenta.
Qué solos estamos en medio de
tormentas,
de poco sirve, lo siento y es
muy poco,
toda la ayuda que desean darme
las personas,
de nada sirve hermano porque es
triste
amarga y tumultuosa,
la angustia que me amarra en
desconsuelo.
Ocaso
Sucesivas y pendulares ráfagas
derrapan por bordes encumbrados.
Atraviesan blancos lamparones
con variables de cientos de
pigmentos.
La luces
con sus múltiples matices
eternizan los albores de la vida
contrastan figuras
en radiante resplandor en el
poniente
abren caminos en la línea de
horizonte
confieren calma,
expanden el pecho en total
melancolía.
Último poema
tomado de:
Mirta del Carmen Gaziano
Santa Fe, Argentina
Entre el destino, la presunción y la intuición, quedamos aferrados a decidir qué hacer luego, ya desnudos, con la verdad entre las manos y sin abrigo... Muy lindo leerte en los dos poemas. Gracias Mirta por compartir
ResponderEliminarAgradezco tus conceptos y tu lectura, Ana.
EliminarCariños
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