Las islas del Egeo
Estas islas que el mar Egeo
aprieta en su fresco abrazo
Fueron modeladas de piedra
mojada por el mar y el sol de oro.
Las campanas de oriente
repicaron alegres en el cielo del alba
Y el viento con sus manos
transparentes tendió laureles y hojas de olivo.
Las goletas bordaron las costas
con un hilo dorado
Y albañiles artistas
construyeron casas blancas de ventanas azules.
Las olas tallaron con su sal
blanca caras sonrientes
Y las gaviotas con sus alas
pintaron la hermosura del paisaje.
Las montañas marrones se
clavaron en sus cejas ermitas solitarias
Y unos pocos árboles les
endulzaron el corazón desnudo con una nota verde.
Las palas excavaron las entrañas
terrosas del suelo estéril
Y estatuas de mármol salieron a
la luz con el habla dulce de la historia.
Sobre estas rocas escarpadas
brotaron flores abiertas
Que adornaron de gracia los
cabellos blanquiazules de Grecia.
Alma baldía
Amanece y el cielo comienza a
blanquear
El oriente pestañea con pereza.
Pero mi alma es un terreno
baldío
Sólo piedras dispersas y ni una
sola flor.
Intacto de la luz que alrededor
se derrama
Subo la ladera tortuosa.
Ignoro la belleza que revolotea
Como una hoja de otoño en el
aire ya despierto.
Se expande el sonido melodioso
de un arpa
Pero la música dulce no llega a
mis oídos.
El mar allá abajo se extiende
infinito
Y me reclama en sus puras y
húmedas entrañas.
Poemas del
libro del autor: Poemas de fuego.
Casa Editorial Punto Rojo Libros, 2018
Isidoros Karderinis
Atenas, Grecia
No puedo menos que agradecerte, Analía, por publicar estos dos hermosos poemas de características inconfundiblemente helénicas.
ResponderEliminarGracias por tus conceptos, Lina.
EliminarCariños
Analía
Leer, ver y entender casi literalmente, este paisaje pleno de imágenes sabias y elegantes, que nos acercan al blanquiazulino del Egeo. Gracias Isidoros, por acercarnos esta partecita de tu "Poemas de fuego". Bellos! Saludos. Ana Lía Gattás
ResponderEliminarGracias por tu lectura, Ana.
EliminarMi abrazo
Analía