sábado, 25 de junio de 2016

Rogelio Ramos Signes


El camino a la poesía

De estas piedras que ves
está hecho el camino a la poesía.

Con las grises, contundentes y filosas,
podrás preñar metafóricamente la tierra.
Con las negras escribirás acerca de tus deudos.
Las marrones absorberán el llanto de la letra
sin que logres entender por qué habías llorado.

Las brillantes de mica sólo enrojecerán tus manos.

Con las blancas, muy pequeñas,
es que irás poniéndole el acento a tus palabras.


La terrible inocencia


No soy William Blake
pero sé que este hueco es La Puerta.
Aquí comienzan los sueños
y concluyen tus miedos.
No es una puerta inmaterial
abierta al vacío,
es el vacío en sí mismo
abierto a lo imposible.

Sobre la gramilla pasta un gamo.
Sobre el gamo: la noche y otra puerta.

Tucumán, 15/1/1998


Breve relación entre ella y la laguna

Porque soy inocente y la recuerdo
permanezco en este cuarto de hospital
donde ha muerto mi única enemiga.
El barrendero, que no sabe de mi angustia,
me pide una historia acerca de la laguna.
             “Usted que la conoce”
dice, mientras sin ánimo arrimo una silla.
      La laguna, amigo,
      cuando era niño reflejaba el cielo al amanecer,
      entraba a mi cabaña en la piel de una anguila
      y silbaba terca entre las hendijas de la puerta.
Ella siempre viajaba al mediodía
y al anochecer aún estaba yéndose,
quizá por eso volvía a partir
cada vez que le suplicaba que se quedase conmigo.
Ella, la mujer que odio tristemente
perdió los contornos de la realidad
amontonando mis promesas.
             “Usted que la conoce”
insiste el barrendero pensando en la laguna,
y yo, antes de continuar, lloro a mi enemiga.


Rogelio Ramos Signes
Tucumán, Argentina

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