Límites
En la vieja estación, a
la hora de la bruma, pasa la soledad; va, solita, sin brisa, viento ni
tempestades, hacia los cuatro extremos del mundo. Los sueños descansan en
regresos y puntos de partida. Quietos y sueltos en su larga noche.
31.08.11
El poema del sol
Hay otras explicaciones.
Construir un sol, mirando el universo de los otros. Los niños del bien se
recrean en campos asfaltados. Los niños, los simples niños, escriben el poema
del sol en un universo de tierra, viento y luz, luz de la que aún no sabemos si
está encendiéndose o apagándose.
02.09.11
El amor no está en Roma
Está en cualquier ciudad
del mundo. En donde los relojes no dan la hora exacta (la rota mirada de los
ciegos hacedores de bibliotecas vacías). El amor nada en Roma como manchados
azulejos en los baños de las estaciones de servicio. No, el amor no sabe de
ciudades al revés, ni tiene el dinero suficiente para recorrer los bares y los
cafés y patios literarios. Nada sabe el revés de la ciudad acerca del amor y la
trama sigue echada como un perro muerto que se hace.
20.09.11
Nueva Roma
Estruja el papel y lo
arroja al río. A la deriva, flota.
Bosteza en el día y se
estira y se hace barquito.
Cruza el camino trazado
por la natural corriente esencial de cualquier vivir.
Llega al mar. Deja la
ciudad de los eternos vagabundeos de viejos y pálidos estilos para ingresar de
una buena vez en los ojos del otro, de los otros (que aún no se animan a viajar
a Roma).
20.09.11
La herida de París
La verdad es que no sé
qué estaba haciendo en París. Lo único que recuerdo es que caminaba herido, y
caminaba, caminaba… Un tren y catorce horas ya me alejaban de Roma. Y ahora en
París, ¿puede haber algo más desagradable que la torre de Montparnasse?; y allí
estoy, sangrando, en un piso cualquiera y sin una cámara en la mano. Y sin tus
ojos que siempre miran por mí.
22.09.11
Poemas del
libro del autor: 33 papelitos y una mora
horizontal. Libros de la talita
dorada, 2012
José María Pallaoro
City Bell, Buenos Aires, Argentina
Soledad humana, mundial, quieta y nocturna, magnífica descripción de un artífice de la palabra y los sentires.
ResponderEliminarEl poema del sol, los niños, soles apagados o encendidos, historias que se repiten y esa maneta breve y sentida de decirlo.
Roma, París y las miradas que observan, leen y se acuestan formando palabras.
Disfruté estas lecturas. Gracias, Analía, por publicarlas y a Pallaoro por compartirlas.
Betty
Muchas gracias por tus conceptos y tu lectura, querida Betty.
EliminarCariños, que estés muy bien
Analía
Sensitivas y breves imágenes que conmueven al lector y dejan UNA HUELLA.
ResponderEliminarGracias por tu lectura
EliminarSaludos