-Junín, provincia de Buenos Aires, Argentina-
Reencuentro
Justo ahora
te encuentro,
cuando casi te había
olvidado.
Estamos diferentes.
El tiempo no acontece
en vano.
Ya no me gustan
como antes los helados
y sé que a ti
no te regalan rosas
ni claveles blancos…
que son los hijos de tus hijos
los amados.
Por lo demás,
nada será igual,
aunque al filo de las sombras
tropezamos.
Algo en el aire tiene
otro perfume.
Alborada lejana
y la memoria actual
con la herida
dibujada en el rostro
del espejo nublado de temores.
Así y todo,
con toda la aflicción
por lo que amamos,
nos dimos cuenta
que el amor es un estado…
Pero, perdón,
-¿Y a ti como te ha ido?
-“En realidad, fueron
casi las mismas cosas:
extrañas situaciones,
idas y venidas.
Días de sol
para llorar un poco
y días de bruma
donde todo reía”.
-“En fin, ya sabes:
vivir la vida,
amar cada segundo
como el último.
Creer.
Confiar en las palabras buenas
y olvidar aquéllas,
que no lo son tanto…
reír, callar, soñar,
cantar de a ratos…
y seguir sobre todo,
demorando”.
-“Los amigos nuestros
iniciaron algunos
el viaje inesperado.
Y de aquéllos,
los que fueron amantes:
advierto que muchos
siguen esperando…”
-“Yo creí que aún,
te gustaba el helado…”
-“Me olvidé de las rosas
y los claveles blancos…”
....................................© 2006
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Vivir es fácil y, a veces, casi alegre.
Al hablar, confundimos; al andar, tropezamos;
al besarnos no existe un solo error posible...
Gabriel Celaya
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viernes, 7 de noviembre de 2008
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Norberto: nostalgia en cada letra, muy bueno
ResponderEliminarPablo Fernandez
Gracias Pablo, nostalgia y melancolía en este poema.
ResponderEliminarUn cariño
Analía