Tarde IV
Entre tanto bordear adioses
confunde la vida y la muerte
mientras camina
por el oriente sin saber
que el norte ya está cerca
de tanto zurcir momentos
entre apuros
llorar misterios y mentiras
no ve que el sol ilumina su rostro
y que el día le depara sensaciones
tarde la sombra perpetua la desorienta
………………………………………………………..no hay retorno
En vos
encontrarme en vos
en tu mirada bajo la piel
en la hosquedad del abrazo
transfigurar el tiempo en la palabra
permanecer en vos
sentada a la orilla del pensamiento
murmurante silencio
que encierra más que una vida
sobrellevarme en vos
con la pesada carga
de la arena que cae marcando
el próximo final de la estadía
refugiarme en vos
para que no duela
la pérdida……. ni la noche
me siembre de sombras
…………….y tus manos me guíen
…………….hacia los olivares del recuerdo
Dolor II
Y este dolor de niño
orfandad de tiempo que se va
no ser más que trozos de pasado
misterio cruel que se cierne
esta pérdida de pensamientos
en la oscuridad de alguna senda
silencio lúgubre
aurora incierta
temor a no ser más que nada
a representar menos que todo
ocultar la franja del recuerdo
en el olvido
desaparecer-ir-venir-sin una lágrima
vivir-morir-desgarrar la carne
no ser memoria en ninguna boca
ni cuerpo en ningún cadáver
no haber estado/no estar
-el sin sentido-
para qué haber existido
en todo ese lenguaje
Estos poemas pertenecen al libro Bordando la Despedida
Elisabet Amelia Cincotta – Buenos Aires
http://misretazosenpoemas.blogspot.com
********************************************
Esta historia es verdadera puesto que la he imaginado de principio a fin.
Boris Vian
********************************************
lunes, 8 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Versos que tienen garra y espejos interiores.
ResponderEliminarMe gustan.
Víctor Hugo Tissera
Gracias Víctor por tu siempre lectura
ResponderEliminarElisabet