domingo, 12 de diciembre de 2010

Alejandro Drewes

-Buenos Aires, Argentina-


en el fondo cada uno
es un asunto de luz
no siempre claro
ni lejos como el bosque
al ocaso. Hablo en el fondo
de un asunto de luz
pero es que a veces
la nieve o su peso
sorprende a las hojas


….. * * *

De Alicia en el país

Pero qué secreto
callan los labios,
qué oscuro latido
súbito raya el cristal
de ese mundo de pronto.
Atávico gesto de pausa
entre dos tazas de té
falda abajo, falda
arriba. Y luego
esa rara seducción
entre dos
de ingrávida luna,
en la niebla el paso
tuyo que cruza
ese último espejo.

Pues ella y tú saben ya
de aquel otro país
que fulge al centro
de altísima noche.
Del viento que sopla
su cuerno y del tiempo
que vuelve dos sombras una.


Así, como fuera del mundo

Así como el viento
y la risa por la oscura
boca de los muertos pasan

o una súbita tormenta
quebrando un cristal de verano
entre sombras inclinadas.

Arduo paso las llevaba y rojas
cenizas de sol cayendo a plomo
sobre la senda breve de los otros.

Esto digo de aquel tiempo
en que aún amanecía. Donde quemaba
la hierba: así, como fuera del mundo.


Como nubes

Pero ya no se demora
la tarde en los ojos
amados. Fulgurantes
monedas, denarios de sol
para una despedida.

Ilusión de otro tiempo
vagamente dichoso
desvaído en creciente
penumbra. Ay qué sola
en lo alto sueña la luna.

Un silencio en torno
hay que aturde los huesos:
duro viento de un tajo se lleva
hasta la sombra más leve
de las últimas nubes.


Libro del fin

Escribo en el día pleno de sombra
escribo y doy contra el borde
filoso de todo lo que lastima;
pero sigo aquí, en esta breve
región del silencio. Escribo
y digo que un viento del sur
ha sitiado la casa y que pronto
ha de volver a nevar aquí dentro.

Que se ha perdido la cinta
que ataba el abeto a cierto destino.
Que todas las horas al cabo
convergen a esta sola hora precisa.
Escribo el poema como un grito
como quien maldice a su ausente
dios en la noche de los tiempos:
como el que bien sabe que ya
no resta un futuro posible
ni la senda queda de otro regreso.


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El hombre inteligente busca una vida tranquila, modesta, defendida de infortunios; y si es un espíritu muy superior, escogerá la soledad.
Arthur Schopenhauer

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4 comentarios:

  1. Muy buenos tus poemas a la luz y a la oscuridad. Lo bello hermana.
    Isabel Llorca Bosco

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  2. Alejandro.Sin duda el poema no se pierde y converge en un grito pleno de imágenes y sabiduría, me gustó mucho
    Saludos
    Anahí Duzevich Bezoz

    ResponderEliminar
  3. Me gustaron mucho estos poemas, Alejandro. Mucho. Gracias
    Feliz 2011!!!!
    Abrazo
    Alicia Perrig

    ResponderEliminar
  4. Queridas Isabel, Anahí, Alicia:
    Muchas gracias por detenerse en la poesía de Alejandro, excelente poeta y espléndido ser humano.
    Me honra publicar sus poemas en esta revista literaria.
    Mi abrazo.
    Analía

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