lunes, 11 de agosto de 2008

Editorial

con voz propia nº 21 - agosto 2008

……….revista literaria


………..........………Pies, ¿para qué os quiero si tengo alas para volar?
……...........…………………………………………………………………Frida Kahlo



Deseos para niños

Que sean niños los niños.
Que sean niños, y no clientes de las compañías de celulares, o vendedores de rosas en los bares, o estrellas descartables de la televisión.
Niños, no limpiavidrios en los semáforos, o botín de padres enfrentados o repartidores de estampitas en los subtes.
Que no sean niños soldados, los niños. Que sean niños los niños, simplemente. Que no sean foto de un portal pornográfico. Que no sean los habitantes de un reformatorio.
Que no sean costureros en talleres ilegales de ningún lugar del mundo.
Que sean niños los niños, y no un target.
Que no sean los que pagan las culpas. Los que reciben los golpes. Los bombardeados por publicidad. Que sean niños los niños. Todo lo aniñados que quieran. Todo lo infantiles que quieran. Todo lo ingenuos que quieran. Que hagan libremente sus niñerías.
Que se dediquen a ser niños y no a otra cosa.
Que no sean los que no juegan, los acosados por las preocupaciones, los tapados de actividades.
Que sean niños los niños y se los deje preguntar sin levantar la mano, formar filas torcidas, llevar alguna vez la Bandera no por ser mejor alumno, sino por ser buen compañero.
Que sean niños los niños y no los incentivados con desmesura a consumir todo lo que saca el mercado.
Que sean niños, y no los que aspiran pegamento en una esquina o fuman paco en la otra, tan de nadie, tan desprotegidos.
Niños, no nombres que tienen que rogar por recibir el apellido paterno o la cuota de alimentos.
Que sean niños los niños.
Y que los niños sean lo intocable, que sea la gran coincidencia en cualquier discusión ideológica; que por ellos se desvelen los economistas de todas las corrientes, los dirigentes de todos los partidos, los periodistas de todos los medios, los vecinos de todas las cuadras, los asistentes sociales de todas las municipalidades, los maestros de todas las escuelas.
Que sean niños los niños, y no el juguete de los abusadores.
Que sean niños, no “el repetidor” o “el conflictivo” o “el que nunca trae los deberes”.
Niños, y no los que empujan el carro con cartones.
Que sean niños los niños, simplemente.
Que ejerzan en paz el oficio de recién llegados.
Que se los llame a trabajar con la imaginación o con lápices de colores.
Que se los deje ser niños, todo lo niños que quieran.
Y que los niños sean lo importante, que por ellos lleguen a un acuerdo los que nunca se ponen de acuerdo; que por ellos se dirijan la palabra los que no se hablan, que por ellos hagan algo los que nunca hicieron nada.
Que sean niños los niños y que no dejen de joder con la pelota.
Que sean niños en su día. Que lo sean todos los días del año. Que sean felices los niños, por ser niños. Inocentes de todo lo heredado.

Mex Urtizberea – Buenos Aires
Fuente: http://www.lanacion.com.ar – 10-08-2007




Jamás dejes de ser un niño... Nunca dejes de sentir, gustar, ver y extasiarte ante cosas tan grandes como el aire, el vuelo y los sonidos de la luz del sol en tu interior. Si quieres, usa la máscara para proteger al niño del mundo pero, si permites que el niño desaparezca, habrás crecido y ya no estarás vivo.
Richard Bach





............................Edición y dirección: Analía Pascaner
............................San Fernando del Valle de Catamarca
............................Catamarca – Argentina
.................................

Fernando Pessoa

Hablas de la civilización, y de que no debe ser

Hablas de la civilización, y de que no debe ser,
o de que no debe ser así.
Dices que todos sufren, o la mayoría de todos,
Con las cosas humanas por estar tal como están.
Dices que si fueran diferentes sufrirían menos,
Dices que si fueran como tú quieres sería mejor.
Te escucho sin oír.
Si las cosas fuesen diferentes, serían diferentes: esto es todo.
Si las cosas fuesen como tú quieres, serían sólo como tú quieres.
¡Ay de ti y de todos los que pasan la vida
queriendo inventar la máquina de la felicidad!

…………………………………………..Traducción de José Antonio Llardent

Fernando Pessoa
Portugal 1888-1935

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Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes.
Isaac Newton

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Oscar Wilde

El imán

Había una vez un imán y en el vecindario vivían unas limaduras de acero. Un día, a dos limaduras se les ocurrió bruscamente visitar al imán y empezaron a hablar de lo agradable que sería esta visita. Otras limaduras cercanas sorprendieron la conversación y las embargó el mismo deseo. Se agregaron otras y al fin todas las limaduras empezaron a discutir el asunto y gradualmente el vago deseo se transformó en impulso. ¿Por qué no ir hoy?, dijeron algunas, pero otras opinaron que sería mejor esperar hasta el día siguiente. Mientras tanto, sin advertirlo, habían ido acercándose al imán, que estaba muy tranquilo, como si no se diera cuenta de nada. Así prosiguieron discutiendo, siempre acercándose al imán, y cuanto más hablaban, más fuerte era el impulso, hasta que las más impacientes declararon que irían ese mismo día, hicieran lo que hicieran las otras. Se oyó decir a algunas que su deber era visitar al imán y que hacía ya tiempo que le debían esa visita. Mientras hablaban, seguían inconscientemente acercándose.
Al fin prevalecieron las impacientes, y en un impulso irresistible la comunidad entera gritó:
-Inútil esperar. Iremos hoy. Iremos ahora. Iremos en el acto.
La masa unánime se precipitó y quedó pegada al imán por todos lados. El imán sonrió, porque las limaduras de acero estaban convencidas de que su visita era voluntaria.

Oscar Wilde
Irlanda 1854 - París 1900


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Así le dijo el hierro al imán: “A ti es a lo que más odio, porque atraes, pero no eres bastante fuerte para retener”.
Friedrich Nietzsche (De Ñusleter)

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Eduardo Dalter

De ningún camino

De ningún camino
…….se regresa,
y todo retorno
…….es otro tramo,
otro viaje de ida,
…….otra búsqueda.
Todo es un ir, un
…….revelarse,
en la sinuosa y
…….entrecortada
travesía, que baja
…….y sube
(y tantas veces
…….cae),
tras pan, tras
…….aire
o tras espuma
…….o nube,
en busca de la
…….orilla.


Los árboles

Los árboles
son extraños;

saben algo
que repiten;

las semillas
los piensan,

los desean
y los hacen,

profundas e
incesantes,

contra la sed,
contra la noche.

………………………Buenos Aires, julio, 2008


Aires de San José
………………………………A Beatriz Vallejos,
………………………………en memoria

Seguramente regrese por las calles
………arenosas
a la casa de Beatriz, o bien pase
………lentamente
por su esquina, donde siempre
………alcanzan
a verse los bambúes. No esperando
………a nadie,
no en busca de lo que de pronto
………se ha perdido,
porque todo está y relumbra
………natural
en camino de la plaza y en los
………bordes,
donde algún camalote ancho y
………vibrante
siempre pasa, siempre queda,
………o gira
lentamente, bajo el celeste, el
………viento
y los pájaros de grandes alas
………que planean.
Porque un destello que acompaña
………entre las calles,
y entre los jardines silvestres en
………camino,
no sólo en las letras y los silencios
………de las letras,
ha quedado temblando en las
………horas,
y más allá de las horas, para
………siempre.

………………………San José del Rincón, mayo, 2008

Eduardo Dalter - Buenos Aires, Argentina

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Puedes aplastar a una persona con el peso de tu lengua.
Proverbio japonés


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Robert Gurney

Un poema

Sabes como es
en estos días.

Parece que nos apuramos
de la ceca a la Meca
sin siquiera tener tiempo,
algunos días,
para leer el periódico.

Hoy no fue la excepción,
excepto que, en un sentido,
lo fue.

Entraba a todo correr
al supermercado local
para comprar pan,
antes que desapareciera.

Un diario español
me llamó la atención.

El País.

Lo abrí.

Fui directo
a una narración corta
por el escritor turco
Orham Pamuk.

Luego fue tarde,
los estantes estaban casi vacíos.

Sólo tuve tiempo
para leer el último párrafo.

Lo vi observar
unas bandadas de cigüeñas
que volaban lentamente
hacia el sur
desde los Balcanes.

Era casi otoño.

Pasaban en cámara lenta
por encima de la isla
donde él estaba,
no muy lejos de Estambul.

Se refería al sonido
de las alas.

Parecía un poema.

.............................Traducido al español por Robert Gurney

.........The Poem

........ You know how it is
.........these days.

.........We all seem to be rushing
.........from A to B
.........without even having the time,
.........some days,
.........to read the paper.

.........Today was no exception,
.........except that,
.........in one way,
.........it was.

.........I was in the local supermarket
.........rushing to buy bread,
.........before it all went.

.........A Spanish newspaper
.........caught my eye.

.........El País.

.........I opened it up.

.........I went straight
.........to a short story
.........by the Turkish writer
.........Orham Pamuk.

.........It was late.
.........The bread shelves were almost bare.

.........I only had time
.........to read the last paragraph.

.........I saw him watching
.........flocks of storks
.........flying slowly
.........on their way south
.........from the Balkans.

.........It was almost autumn.

.........They were passing in slow motion
.........over an island
.........where he was standing,
.........not very far from Istanbul.

.........It mentioned the sound
.........of their wings.

.........It was like a poem.

Poema

Ja saps com va la marxa
en aquests dies.

Sembla que ens apressem
d'un lloc a un altre
sense tindre temps,
alguns dies,
ni per a llegir el periòdic.

Hui no fou l'excepció,
sinó per una cosa.

Entrava a correcuita
al supermercat local
per a comprar pa,
abans que no n'hi hagués.

Un diari espanyol
em cridà l'atenció.

El País.

L'obrí.

Aní de seguida
a un conte
de l'escriptor turc
Orham Pamuk.

Després fou tard,
les lleixes del pa hi eren quasi buides.

Només tinguí temps
de llegir el darrer paràgraf.

Viu com seguia
bandades de cigonyes
que volaven lentament
cap al sud
des dels Balcans.

Apuntava la tardor.

Passaven a espaiet
per damunt de l'illa
on ell era,
no molt lluny d'Istanbul.

Parlava del so
de les seues ales.

Semblava un poema.

.............................Traducido al catalán por Pere Bessó

Poema inédito, agosto de 2008

Robert Gurney - St. Albans, Inglaterra
www.poeticas.com.ar/Directorio/Poetas_miembros/Robert_Gurney.html

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A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
Oscar Wilde


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Julio Carabelli

Regreso sin gloria

Voy al bar de la esquina como todas las mañanas olvidando que el gallego no abre los domingos y menos si juega River.
Por costumbre empujo la puerta y ésta, para mi sorpresa, cede y me permite pasar entre sillas patas para arriba, elementos de limpieza abandonados y un montón de vidrios rotos que pudieron ser vasos, muchos vasos. Me detengo, ante tantos vidrios rotos me detengo porque de pronto siento que estoy ingresando en un campo en el que se libró una feroz batalla. Veo las botas de un cuerpo tendido y me acerco dejando de lado mi bayoneta y mis prevenciones creyendo que al gallego lo alcanzó la tropa de Rosas sedienta de unitarios, pero no, no es él sino un gaucho que pudo haber sido federal o indeciso, cosa que, con toda esa sangre fuera de lugar, ya no tiene importancia.
Bayoneta en ristre, arremeto contra las mesas y contra todo lo que me impide llegar a mi caballo cuidando, eso sí, de no manchar con sangre mis zapatos.
Vuelvo a casa.
La tropa de Rosas arroja al piso los vasos vacíos y se marcha dejando un hombre apuñalado cuyas botas están a metros de la puerta por la cual acabo de salir, para volver a sentarme frente al televisor junto a mi mujercita, siempre atenta a la pureza de la alfombra.

Cuento publicado en Revista de Cultura Ñ (Buenos Aires)

Julio Carabelli – Buenos Aires-Tucumán, Argentina

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Yo aro en mis lienzos como ellos en sus campos.
Vincent van Gogh

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Orlando Pichardo

Espejo

Debí quedarme contigo en el espejo
En esa caricia de tu imagen desnuda junto a la mía
Mas el amor no sólo es recuerdo
Y quiero que tu sol queme este delirio
Y abrir las puertas de la madrugada contigo
Y oír en los pájaros nuestro propio canto
Y tomarme una cerveza en tus ojos
Y tocar la flauta de tus senos
Y que tu piel sea continuidad de la mía
Y quiero amarte con el peso de los elefantes
Y la ternura del tigre
Y quiero llenarte de vida y de futuros tiempos
Y beber de tu fuente
Y quiero
Y de tanto querer me pesa la vida y este momento
En el que deseo quedarme contigo en el espejo

……...………………Poema tomado de Antología Virtual de Julio Carabelli

La poesía

Todos los vidrios rotos del mundo
son mis huesos
mis páginas en blanco

............Pelícano

............He descubierto
............Que sin la tristeza
............No me doy cuenta de la vida
............Sin embargo
............No soporto su aletear de pelícano enfermo

Pude ser
………………..……es mejor morir de vodka
…………………….que de aburrimiento
…………………….V. M.

……………………………a Luis Cornejo

Pude un día conocer los lugares más exóticos
pude navegar con mi barco de contrabando por los mares del sur
montar mis mujeres en mulas
y recorrer las trochas paranoicas de los Andes
andar por los bares de los bajos fondos con la mirada doble del beodo
Pude respirar en los respiraderos del opio
tener mis putas y ser el chulo más querido de los puertos del mundo
Pude ser contrabandista de esmeraldas
buscador de oro
artillero
tratante de blancas
pude ser el tahúr que siempre lleva un as bajo la manga
pude ser........ ¡Qué les digo!
trovador
serenatero
jugador de bolos
asaltante de bancos
corredor de galgos
mago de cabaret
PUDE SER
pero sólo soy un soñador empedernido
que perdió la pista de los sueños.


Orlando Pichardo – Venezuela
http://pichardo-venpoesa.blogspot.com/


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El náufrago
El náufrago sentía una enorme necesidad de compañía.
Cada mañana se contaba las costillas para ver si le faltaba una y podía, por fin, tener compañera.
Joan Mateu (De Inventiva social)


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Pedro Martínez Corada

Di que me quieres

Esta tarde vi la fotografía que nos hicimos en el Village. Brillaba en el fondo de una maleta vieja que encontré en el altillo. Entre gorras ridículas, navajas roñosas y libros sin dedicar, hallé también las pistolas. Recordé cómo las compraste, una pastosa tarde de verano. Hacía poco que habíamos visto ¿Quién teme a Virginia Wolf?, en aquel cine de la 42, y acariciaste la caja de las armas como si fuera el bebé extraviado de la Taylor. Qué bonita mitomanía, corazón: ésta dispara, ésta no…
He escogido una de las pistolas. Monto el percutor. Te oigo llegar por el pasillo. ¿De dónde vienes, cariño?: no me digas que «de por ahí», nadie anda «por ahí» a estas horas. Ya estás muy cerca de la puerta entreabierta… Como en la película, que tanto te gustó, vas a encontrarte con un cañón entre las cejas. Las pestañas te tartamudean, mi amor, pero contéstame sin falta, la urgencia del cañón lo requiere. Mírame como lo hacías en la vieja foto, tesoro, y di que me quieres.
¿Temes que haya cogido la pistola de verdad? No te preocupes por nada, cielo, sé lo que vas a responder…


Este texto pertenece al libro recientemente publicado Nunca llueve sobre el Sáhara (Ed. Mandala & LápizCero – Madrid 2008)

La esfinge

La esfinge se despertó una mañana. Un hombre viejo leía un libro aprovechando la sombra del dios y las estelas de los misiles arañaban el cielo azul. La esfinge miró al hombre y lloró.



Pedro Manuel Martínez Corada – Madrid, España
http://www.martinezcorada.es/
http://www.margencero.com/


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Hago más caso del testimonio de mi conciencia que de todos los juicios que los hombres hagan por mí.
Marco Tulio Cicerón

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Carlos Benítez Villodres

A Juan Manuel González y Gómez
de León, poeta*. In Memoriam

……………………………(Madrid, 6-09-54 / Madrid, 14-06-08)

¿Por qué quisiste, poeta,
escapar, en estampida,
de la sangre de esta vida
con imagen de ruleta?
Al pararse tu veleta,
por orden de tu destino,
se saturó mi camino
de tristeza y amargura,
exhalando desventura
sobre un mundo mortecino.
En mis adentros, de extraña
manera, impactó tu verso,
esencia del universo,
que por siempre me acompaña.
Hoy, sentado en mi cabaña,
recuerdo tus ilusiones,
tus fuentes de inspiraciones
tu sol, gozo sin disfraz,
que hace al buen hombre capaz
de crear sus propios sones.

*Juan Manuel González: Poeta, novelista y crítico literario, publicó libros de poesía y narrativa y recibió numerosos premios. Profesor de Literatura, Licenciado en Ciencias de la Información y en Sociología, Doctor en Filología, especialista en literaturas germánicas y célticas y en autores del modernismo español y portugués.


No soy de la noche ni del día...

No soy de la noche ni del día.
Mi vida es un verso nunca escrito,
un ave en vuelo continuo,
ajena a los pentagramas y a la tristeza,
como el hombre con canto de futuro
nacido para sembrar sonrisas en flor.
Quiero al peregrino humilde
que ilumina los mundos y los corazones
sólo con el ímpetu de su alegría.
A ese caminante que deshace distancias.
A ese caminante que nunca cierra
los ojos ni el alma
- en su efímero viaje asaeteado constantemente
por los dragones de la maldad -
al hermano que busca
su palabra,
su mano,
su gozo,
su vida…,
es a quien yo amo,
porque él y yo
no somos de la noche ni del día.

…………………………………………Del libro Confesiones al alba I

Carlos Benítez Villodres, Cónsul de Poetas del Mundo en Málaga - Málaga, España
http://www.carlosbenitezvillodres.es


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El bien que hemos hecho nos da una satisfacción interior, que es la más dulce de todas las pasiones.
René Descartes


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Susana Lizzi

Magdalena

………II

Descalza camina el barrio
sucia la planta de sus pies
entra en el almacén
saluda enfrente
paga con las monedas
que la noche anterior
se ganó taconeando
y en otros menesteres.
Llora a su lado el niño
se babea
ella limpia su rostro con pañuelos
que compró con billetes transpirados.
La casa
está desordenada y no muy limpia
es que duerme la luna en su regazo
y con ella sale a andar las calles.
El varón que la cuida
controla las ganancias.
A veces, su lengua áspera le toca el hombro,
ella sonríe esperando el amor
que se ha espantado de tanta confusa compañía
y a veces
muy raras veces
ella piensa
que tanta soledad no es necesaria
que tanta gente no es aconsejable
que tanta lluvia helada en esa cuadra ya la tiene cansada
que un día de estos
va a dejar
pero ahora no puede.


Cadáveres y Destellos

………III

Apenas respiro entre vestigios
……………………de crisálida trunca.
Una asfixia prematura hace latir mi rostro.
Nunca me hicieron caso las palabras:
escupo murmullos incoherentes
y me despojo de mi último vestido
para no ver la lumbre
que envuelve mi boca seca.
No creo que haya otra oportunidad
para la mariposa.


Susana Lizzi - Gualeguaychú, Entre Ríos, Argentina
www.susanalizzi.blogspot.com

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Dejemos a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas.
Louis Emmanuel Dupaty

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Francisco Garzón Céspedes

La imaginación / El narrador oral condenado a muerte

El narrador oral había sido condenado a muerte. La ejecución lo aguardaba. Faltaban veinticuatro horas cuando los jueces y asesores entraron en su celda. El narrador era un hombre venerado por el pueblo y era imposible no concederle una última voluntad. La condena obedecía a que sus cuentos sobre la justicia, en un territorio de injusticias, propiciaron una rebelión cada vez más inacallable. Habiendo sido capturado, cárcel, juicio y culpabilidad resultaron cuestión de horas. La rebelión, ah, la rebelión debía ser ahorcada, quemada, gaseada, electrocutada, empalada, decapitada, borrada. El narrador dijo: “Una única voluntad. Antes de morir, deseo ver, a cielo abierto, la noche. Y en la noche narrar un cuento”. Los jueces y asesores se miraron entre sí estupefactos. Pensaron que el narrador hubiera podido pedir hacer el amor una vez más o que su cadáver no fuera enterrado en una fosa común. Pero era su última voluntad. Podía ser respetada. Resultaba permisible. Llegó la noche y los soldados, en presencia de los jueces y asesores, condujeron al condenado a muerte hasta el patio de la prisión. El narrador contempló intensamente el cielo, alzó un brazo hacia aquel poblado vacío y con voz potente habló: “Había una vez un narrador oral condenado a muerte. A petición suya, para cumplir con la costumbre de una última voluntad, lo condujeron hasta el patio de la prisión. Y cuando alzó brazo y voz, y pronunció las palabras que únicamente son mágicas en los labios de los narradores, una estrella fugaz cayó, cayó, y a punto de tocar el suelo, cual una alfombra prodigiosa, se detuvo para que el narrador subiera y lo condujo fuera de los muros de la cárcel”. Y mientras el narrador contaba, y se alejaba libre sobre la punta de la estrella, todos comprobaron que “la imaginación es tan poderosa” que predice el futuro y, si es necesario, lo moldea.

........................................Tomado de Colección Gaviotas de azogue Nº 34, Madrid, España

.....De “Cuentos del Loco”

………Cordura

El loco no afiló la punta sino la goma del lápiz. Y, cuidadosamente, se dispuso a borrar el silencio.

………Lectura

El loco se puso el montón de libros sobre la cabeza. Cerró los ojos. Se concentró.

………Código

El loco pintó su raya. Y no la cruzó. A falta de razón, definía límites.

………Iniciación

El loco dibujó la jaula. Y abrió la puerta para que volara lejos su memoria.


Francisco Garzón Céspedes – Madrid, España
http://invencionart.blogspot.com/
http://genialamor.blogspot.com
http://ciinoe.blogspot.com/

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El loco
El loco me alcanza un cigarrillo
hace silencio mientras escribo
nada le molesta en su mente enferma
ni siquiera cuando le digo que soy un egoísta.
Andrés Bohoslavsky, de “El pianista del Black Cat y otros poemas”


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Ricardo Gómez López

El soñador

Acostumbra a llevar sus bolsillos rotos
y a sus felices detractores
pisándole la derrota.
El pan duro de la nostalgia
lo espera en la casa con silencio,
allí donde alguna vez hubo alegrías
y una infancia generosa de sueños.

Hoy se acurruca a la sombra del futuro
temeroso de mañanas.

Creció al amparo de la modernidad
pleno de proyectos y humanas ambiciones.
Nadie le advirtió del tiempo depredador
ni del demonio que habitaba prójimo.

Pero no acostumbra a dormir
sin su cabeza reposando en la esperanza
para no despertar zombi
otro día más.


Seriamente

Algo grato se extravió del rostro humanitario,
ese rictus cosquilleante
que subía desde adentro
y anidaba luz
más allá de la mueca
injusta de estos tiempos.
Tal vez se fue esfumando
entre años de locura
y proyectiles del terror
que acribillaron sueños
condenándolos a flotar río abajo.
Por allí comenzó este misterio
esta seria insolencia
que fue destripando alegrías
y dejando el bolsillo de la esperanza
vacío de mañanas.

Ya nada es lo mismo:
lo cotidiano es un oscuro pasadizo
en trámite hacia ninguna parte.
(Todo transeúnte lleva máscara
para ocultar propios extravíos).

Pero más allá de incontables desgracias
hay risas, sí que las hay:
grotescas, faranduleras,
de los que día a día, peso a peso
y con soberana indolencia
se hacen millonarios de sonrisas
robándonos
las nuestras.


Ricardo Gómez López - Santiago de Chile
http://ricardogomezlopez.spaces.live.com
http://revistarayentru.spaces.live.com


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Los peores enemigos son los que aprueban siempre todo.
Tácito

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Gabriela Altamirano Moreyra

Hurga en mí

Me gusta ver como te esfuerzas,
para salir del monótono espiral de los recuerdos.
Pero entiende que te será estéril tanto brío
pues quedarás perpetuamente recluido en mi sustancia,
donde una vez marcaste territorio
y donde mirando atento en panorámica,
me diste un espacio en el paisaje
y me regalaste identidad de pertenencia.
Sigues siendo para mí el Rey del Universo
y continúo lustrando con orgullo
tu fantástica corona de diamantes
con mi simpático sombrero de lanilla.
Hurga en mí, a ver qué encuentras,
tal vez haya algo de valor en mis escombros,
y convéncete a ti mismo que aunque huyas
tengo bien inspirados los espejismos
y que si se me diera la gana te imagino
bailando para mí, en mi cajita de música.


Gabriela Altamirano Moreyra - Río Cuarto, Córdoba, Argentina

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Obsérvate sin ceguera y di con precisión y coraje lo que estás sintiendo.
Sócrates


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Rodrigo Verdugo Pizarro

Entre latitudes
…………………...…………A Diana Camacho Briceño

Se saca el día la envoltura del espacio
Quedan encrucijadas, perfiles dibujados en las paredes
Tú y yo y nuestro préstamo de cenizas
Tú y yo que desentrañamos la noche.
Alguien hablaba de nacer o morir
Mientras dejábamos un solo murmullo en la formación de las agujas
Le dábamos su totalidad al ángel que se quemó los ojos con opio y con semen
Éramos los únicos que sabíamos que el centro de la tierra
Sólo aparece al contacto de una boca.
A nuestro alrededor pasaban noches encargadas por las espinas
Se daban inagotables los remolinos convidados a los miembros
Una venganza de latidos aparentaban las olas.
Ahora lo que guardo de ti es un soplo que sobrevive en las costas
Siempre advienes con eso que le rapta la noche a la sangre
Pero no es lo único
La voz del cielo pasa por ti y sin volverse mineral
Te deja caer para mis hilos mortales.


Anochece
………………..……En memoria de Stella Díaz Varin

Nos tapamos el rostro con un escombro viudo
Pero igual vemos el mar y el cielo: los mismos delirios enraizados
Tampoco sabemos qué hacer durante el día
Salvo tocar la flauta para que se abra la matriz blasfema
Donde tú estarás desaprobando ciertas sombras, ciertas llamas
O bien perfumándote para que los salvajes
Te conduzcan en medio de una tempestad de imanes.
Mira como en ninguna casa nos reciben, como nos cierran sus puertas
Le temen a tu cabellera porque tiene el designio
De esos padres laberínticos que no tuvieron piedad de la luz
E hicieron un lecho sobre aberraciones de sal.
Vas engrandecida por cenizas lujosas, por armas de hielo
Que te rodean en círculos hasta que ninguno de nosotros puede entrar
Salvo que tú lo quieras,
Salvo que le hagas la señal a la copa y el cielo enrojezca
Mientras aquí nos aferramos al polvo jactancioso
Nos quedamos fuera de todo linaje, mientras la piel atrapa al día
Y una amenaza de cáscara se cierne sobre el mundo.
Esos padres laberínticos te están vaciando los ojos
Infringiendo lo conocido del agua
Quedan escombros viudos al centro de la noche
Donde tú estarás viendo a los pájaros alcanzar la angustia del fuego
Mientras nosotros vemos que hombres y pájaros
Se han quedado para siempre en ello.
Te tapas el rostro con una roca cubierta de pelos y te despides
La misma que te hace odiarnos, la misma que altera las restauraciones
Le otorgas a las lámparas la locura de los cadáveres
Pero se la quitas sin decir nada
Y resta nada más ver como son las alas
Ahora que ningún abismo le falta a la luz.


Rodrigo Sebastián Verdugo Pizarro - Santiago de Chile
http://revistarayentru.spaces.live.com/


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Cuando el hombre se mira mucho a sí mismo, llega a no saber cuál es su cara y cuál es su careta.
Pío Baroja


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Aníbal Sciorra

Luna llena en Chají – Chají

Niara, la hija de Verónica, de 8 años, llora porque su gato Peluche se ha escapado por la ventana del cuarto perdiéndose en el jardín.
Verónica, la madre de Niara, de 35 años, llora porque Guillermo, su marido, una vez más le ha dado otra de sus acostumbradas golpizas, esta vez con más intensidad: le ha desfigurado la cara.
Tarde de dolor para una madre y su hija en la casita de Chají – Chají. Detrás de ésta ya empieza el campo. El campo termina en la costa del Río Uruguay.
Niara, enlagrimada, corre descalza por los pastizales buscando a Peluche.
Verónica llora desconsoladamente envuelta en lágrimas, sangre y dolor. Corre por las calles desiertas del pueblo a la hora de la siesta.
Guillermo monta en su caballo y huye, posiblemente, a Congregación, como siempre suele hacerlo en estos casos.
El gato no aparece. Niara casi sin aliento de tanto correr se detiene y cae sobre la playa frente al río. Verónica llega a la salita de primeros auxilios para que la asistan. Golpea a la puerta desesperada. No sale nadie. Se aferra a ésta y no deja de llorar. Lágrimas y sangre se deslizan por la chapa gris recalentada por el sol.
Niara, de cara al cielo, ve una nube con forma de gato mientras su corazoncito late acelerado.
“Porqué no se irá para siempre”, piensa Verónica de su marido mientras no puede detener el llanto.
“¿Porqué se habrá ido si yo lo quiero tanto?”, se pregunta Niara en voz alta, refiriéndose a su gato, acostada sobre la arena húmeda.

A la noche en la casa, Verónica, muy dolorida, trata de conciliar el sueño.
Niara, muy triste, sentada en un banquito en su pieza, frente a la ventana abierta mira como la luna llena con su luz ilumina la silueta del caballo que ahora descansa después de haber trotado tanto.
Sobre la mesa de la cocina, Guillermo, llora arrepentido una vez más sabiendo que pronto volverá a hacer lo mismo.
Todos han vuelto a la casita esa noche en Chají – Chají. Todos. Menos el gato.

Aníbal Jorge Sciorra - Buenos Aires, Argentina
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Odioso para mí, como las puertas del Hades, es el hombre que oculta una cosa en su seno y dice otra.
Homero

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Analía Pinto

aún baila

mi cuerpo aún baila
-mudo-
empuña en sus manos lo que quedó
lo revolea
espolea aún más su curvatura con el roce del pelo
expulsa
expone grita alza la llama

y huye después

sorprendido
atónito por los recuerdos que lo sitiaron de nuevo
sin su consentimiento


más fuego

poner al fuego un corazón no sirve
en sus cuencos se sigue cocinando su caldo
su sabrosa espesura de alubias y dolor
en los calderos el humo se eleva
borbotean las especias
todo se amalgama y precipita

poner al fuego un corazón no sirve
las raíces de su penar se conservan intactas

sólo cambia su color


Analía Pinto – Quilmes, Buenos Aires, Argentina

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No se debe intentar contentar a los que no se van a contentar.
Julián Marías

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Francisco Rodríguez


Rogativas

Enredado de arroyos y de ríos
hacia el sonoro silencio de los padres
caminos de la pólvora
tolderías pintadas en ayeres
Cristales chocan sobre rostros fríos
el guanaco pasta en la tropilla leve
asoma resplandor entre los picos
facetando pirámides truncadas
El hombre se cobija
se reprimen los cantos
Ñires lengas cohiués ponen
su hombro al viento
arco iris levanta el portal en la tarde
las huellas desdibujan su marca
entre lo blanco
se cierran bosques y repiten los ritos
de la mano que atrapa
y que tira a los lejos
Aquí agita el invierno
pisando piedras de los antepasados
se abre el cielo y la tierra
rogamos

...........................Del libro Marca entre lo blanco, septiembre 2006

Francisco Rodríguez – Paraná, Entre Ríos, Argentina

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Es injusto que una generación sea comprometida por la precedente. Hay que encontrar un medio que preserve a las venideras de la avaricia o inhabilidad de las presentes.
Noel Clarasó


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María Alejandra García Mogollón

Sentencia

Aterrador escenario
espigado por la eternidad,
aloja allí a las innumerables almas
sin destino y sin fin;
confundidas, atrapadas
con incesante codicia
y abrumadora desesperación,
albergando en sus recuerdos
pavorosos episodios
de la morada terrenal,
confrontándose entre los confines
del odio y la locura,
la fascinación y la espera
del acto de redención
inexistente en el crepúsculo,
transitado ya, sin retorno,
mientras Sílfide, dulce ninfa,
recorre los bosques con nimia
sutileza y premeditada indolencia,
ignorando
el dulce susurro de sus condenados,
que por un fuego abrasador
son consumidos una y otra vez.
Y así, la sentencia eterna:
lo que en vida
no se logra destruir,
después de la muerte esgrime
para la dulce satisfacción
de sus más temidos verdugos.


Al final del crepúsculo

Al instante del desenfreno,
observo tus pupilas,
aún más que en el alba
y sólo las veo reposar
como al final del crepúsculo,
hasta que depositas
tus preciosas gemas vertiginosas
dentro de mi sagrado aposento
de tu heredad.

María Alejandra García Mogollón - Bogotá, Colombia
http://www.eltunelpamplona.blogspot.com/
http://www.metzwey.blogspot.com/

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Hasta los sentimientos buenos, si se exaltan en demasía, son capaces de conducirnos a errores deplorables.
Jaime Luciano Balmes

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Delfina Acosta

La misión

Tenía doce años. Empezaba a encontrar natural despertarme acosada por un pensamiento. Entonces me levantaba de la cama y me dirigía al gabinete.
Allí escribía. Qué sé yo cuántas dudas escribía, pues -ciertamente- anotaba dudas. Tarea ardua para una niña que debía estar en su lecho durmiendo, pues eran las tres de la madrugada, y hacía un frío espantoso. Un viento que obligaba a los perros callejeros a meterse debajo de los autos abandonados en el callejón del pueblo.
Durante el día permanecía huraña.
- ¿No vas a lavarte los cabellos?
- Solamente un baño.
Mi existencia tomó un rumbo literario. Cuando el sol se ponía y los elementos de la naturaleza inclinaban con rigor a los sauces del cementerio, me apuraba la necesidad de escribir.
- Estás mal de la cabeza mi niña - me decía la nana, disparándome unos ojos asustados.
Pues claro que sí; que me sentía enferma, yo lo sabía.
Por otra parte, ¿qué trazador de versos en letras itálicas, no cae en la cuenta de que su cabeza suele ser invadida, repentinamente, por cientos de langostas?
Por la tarde escribía. Al menos había logrado ajustarme a un horario que no fuera motivo de gritos por parte de mi padre, quien al ver la luz prendida en el gabinete, perdía el sueño nocturno y se levantaba frecuentemente a orinar.
Una tos seca me acosaba.
Mi madre me observaba con lástima; sabía que no podía hacer nada por mí, salvo partir en dos mitades perfectas un comprimido de meprobramato, que tomaba con agua.
Bajo los efectos del tranquilizante, me libraba del tormento de la escritura inmediata, y del presagio de futuras escrituras escabrosas.
Mi caligrafía ilegible revelaba el ánimo furioso del mar, que era, a veces, con su sonoridad vespertina, la causa de mis momentos de nerviosismo.
Escribí veinte historias sobre el mar.
Pero también sobre un jardinero, que enterraba gatos recién nacidos debajo de un rosal amarillo, mientras la dueña de la casa, una anciana jorobada, los andaba buscando por el corredor y las habitaciones.
Cierta vez escribí sobre una mujer delgada y hermosa, que había salido a la calle, a la medianoche, con una alcuza en la mano. Llamaba a sus mininos perdidos con voz de bambú; las ventanas de las casas del pueblo se abrían de par en par.
- No son horas de andar gritando - le decía una señora, que daba de mamar a su niño.
- Gatos malditos. Si los encuentro los mato - gritaba la mujer.
Se hizo parte de mi vida escribir. Y tomar pastillas. Don José, el farmacéutico, me preguntaba a menudo cuándo publicaría mi libro. Yo sabía que el libro tendría que salir alguna vez. Pero aún debía definir el argumento de la moza que se había fugado con el gitano. Es más. No estaba segura de la historia. Jamás me convencieron las fugas. Y en esa indecisión batallaba.
El boticario me admiraba. Él también escribía. Como compraba la medicina a crédito, me sentía en la obligación de escucharlo hablar sobre su libro.
“Penumbras en el ártico” llamaba él a su obra. La cosa es que no sabía decirme ni dos renglones de ella. Mientras envolvía mi medicina recitaba alguna poesía de Amado Nervo. Y luego, como si el poema fuera de su autoría, me preguntaba con un suspiro de satisfacción: “Y, ¿qué me dices? Terrible, ¿no?”
Yo sabía que me estaba enfermando en serio. La obra crecía, se agigantaba, a costa de mi salud. Tenía la impresión de que el mar, la moza de los hermosos cabellos negros enamorada del gitano, los mininos de ojos relampagueantes y extraviados, todos, estaban metidos en mi gabinete.
Mis ojeras me delataban.
- Pero si estás muy mal - me reclamaba mi nana.
No podía parar. No debía dejar en eterno extravío a aquellos mininos. Alguien tenía que detener a la mujer con la alcuza en la calle. El romance de la moza de ojos airados y pelo renegrido merecía un perfecto final.
Todo era demasiado para mí.
Hoy fui a la farmacia. He comprado un frasco entero de somníferos.


Delfina Acosta - Paraguay

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La genialidad es la capacidad para ver diez cosas donde el hombre ordinario sólo ve una.
Ezra Pound


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Norma Padra

Marionetas

En la quietud del parque
la música de los pájaros
aún se escucha.
Sobrevivo en la jungla
entre disparos y crueldades.
Han secado hasta las fuentes.
Sin agua ni migajas,
los pájaros penden del cielo
por hilos invisibles.
Marionetas ellos y yo.


Ya los niños no juegan

El sauce está triste
no por ser llorón.
El carrusel dejó de girar.
Los niños ya no juegan
en el parque.
El avión, el corcel, el cisne
y hasta Dumbo
están muertos.
Ahora el parque de mi barrio
ya no escucha sus risas.
Todo es verde, luces,
cámaras grabando,
policías de custodia.
Vivir el espanto.
Ya los niños no juegan
en los parques.


Magnolias

Árbol de blancas palomas
lo veo…
Me acerco y se transforma.
Me invade el aroma
de las magnolias.
Las palomas inmóviles
dejan en el aire
su exquisito perfume…
hasta caer.
No laten más sus corazones
y aún regalan su fragancia.


Norma Padra – Buenos Aires, Argentina
http://es.geocities.com/normapadra
www.revistapapirolas.blogspot.com

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Ten presente que los hombres, hagan lo que hagan, siempre serán los mismos.
Marco Aurelio


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Laura Bermúdez de Tesolín

Fueron mis pasos,
que sorprendidos regresan
sobre esa calle,
que transitamos juntos.
En cada esquina,
una farola va alumbrando memorias…
Las veredas estrechas me acercan
hacia paredones en sombras, donde tu ausencia
es tangible y dolorosa.
Hay una queja
sobre las baldosas rotas, que el taconeo va suscitándola.
Una nostálgica queja,
que va nombrándote silenciosa
bajo mis plantas.

Regresar…
con la amargura de saber
que sos abstracción en el universo.
Que es imposible una búsqueda lógica y racional
porque estás y no estás conmigo.
La bombita de luz titila y tenue
va iluminándote
Tras el humo del cigarrillo
mientras flota tu figura en sombras
intento alcanzarte y sorpresivas mis manos
atrapan la nada de fantasmas,
que inusitadamente,
regresan como mis pasos…

Laura Elena Bermúdez de Tesolín – Santa Fe, Argentina

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Del derecho y del revés
uno sólo es lo que es
y anda siempre con lo puesto.
Joan Manuel Serrat


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Rocío Soria

…………1

Las antiguas de mí misma
deben haber muerto
en fibras blancuzcas,
en aserrines
………….tropezándose en sus mismos pies,
………….ahorcándose en sus propios brazos.

Las otras de mí
deben haberse contenido el peso de las pupilas
………….en los pañuelos de sangre,
………….deben haberse colgado en los muros
………….a desgajarse el pellejo a piedras.

Encuentro que estoy hecha de fríos
………….como las otras
………….lo sé porque el dolor de vivir
………….se me ajusta a la espalda
………….y me circula como un hematoma negro.

Voy oscura, descalza
………….como si ya me hubiera unido a las sombras para siempre
………….como si ya hubiera vivido siempre
………….trago cuchillos,
me deleito sorbiendo agua sal por las ternillas
………….hasta llenarme el estómago,
………….hasta volverme cianótica.

El dolor es una especie de éxtasis:
………….lloro detrás de la cortina
………….y me gusta cómo mis lágrimas se van espesando.
………….Es como haber ingerido solvente.

¿Hasta cuándo podré reír?
………….no puede existir un placer tan gratificante
………….como el dolor que me abunda.
¿Hasta cuánto fuego podré tolerar?

Estoy hecha de eritemas
como quien guarda alacranes en el cajón
………….y se los traga
………….y deja que lo piquen hasta hacerse inmune.

No hay poción, ni raticida para el dolor
………….sólo me queda apretarlo hasta que de tanto apretarlo
………….me vuelva insaciable.
………….Sin embargo
………….hoy no estás y eso sí es insalvable
………….es una nueva mutación del dolor.
………….Las otras de mí deben haberse colgado en los muros
………….y despellejado a piedras.

Rocío Soria R. - Quito, Ecuador

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La vida es el arte de dibujar sin goma.
John Gardner


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Carlos Drummond de Andrade

La bailarina

La profesión de mercachifle está reglamentada; sin embargo, nadie más la ejerce, por falta de baratijas. Pasaron a vender helados y jugos de fruta, y son conocidos como ambulantes.
Conocí al último mercachifle de verdad, y le compré un espejito que tenía en el lado opuesto una bailarina desnuda. ¡Qué mujer! Sonreía para mí como prometiendo cosas, pero yo era pequeño, y no sabía qué cosas fuesen. Me perturbaba.
Un día rompí el espejo, pero la bailarina quedó intacta. Sólo que no sonreía más para mí. Era una fotografía como cualquiera. Busqué al mercachifle, que no estaba más en la ciudad, probablemente había cambiado de profesión. Hasta hoy no sé qué era lo mágico: si el mercachifle, si el espejo.

La bailarina y el murciélago

Hay un murciélago volando de madrugada por la calle Montenegro. Siempre después de las dos, nunca después de las cuatro.
Escoge entre ventanas abiertas y entra en dormitorios de jovencitas, para chuparles la sangre. Hace esto tan suavemente que la víctima no despierta, y sólo por la mañana, al levantarse, siente ardor en un pequeño punto amoratado del cuello.
Hay quien discute la identidad del animal, y afirma que se trata de un vampiro humano, como los hay en Transilvania. Falta consistencia a la afirmación, pues ningún hombre llegaría al séptimo piso, subiendo por la fachada de los edificios.
Muchos moradores ya vieron al murciélago e intentaron matarlo. Él escapa y se diría que no teme represalias, pues regresó por tercera vez al dormitorio de Hercilia Fontamara, bailarina del Teatro Municipal.
A los periodistas, Hercilia declaró que comienza a habituarse al hecho de ser visitada por un murciélago que le extrae algunas gotas de sangre sin mayor daño. Ella observó que, a partir de la primera visita, aumentó su flexibilidad muscular en los ensayos, y que nunca bailó tan bien como de ahí en adelante. Espera tener un desempeño perfecto en la presentación de “Giselle”, si en la noche de la víspera le ofrece un poco de sí misma al estimulante quiróptero.

……………………..……………………………………Traducción de María Teresa Ré
…………………………..………………………………………………Enviado por Rubén Vedovaldi
…………………..………………((tomado del blog Lecturas y Miradas, de Jorge Alberdi)


Carlos Drummond de Andrade - Brasil 1902-1987

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No tratéis de guiar al que pretende elegir por sí su propio camino.
William Shakespeare

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Carlos Figueroa

Soledad

La soledad se define
en la silueta de un árbol del desierto.
Sombra unitaria que tiembla,
rumor del viento inclemente.
Los hombres dispersos
en la inmensidad de las dunas
piensan en la soledad de las plantas
cual si fuera su propio destino.


Lo efímero

Es tu única riqueza.
Rumiando por las estepas
las ovejas, muestran indiferencia
mientras el paisaje ríe eternidad.

El tiempo parece detenido,
entonces inventas su fluir
para justificar lo efímero
de tu existencia.


Farfalla

Farfalla es sólo una palabra lejos
para nombrar a nuestra mariposa.
¿De dónde este recuerdo, los colores
que alegran el campo después de la lluvia?
Así vienen ellas, como aladas mensajeras
al vaivén de los días, trayéndonos sin quererlo
una imagen casi olvidada, hito de una época
que se llevó la distancia.
¿Por qué duele entonces
la belleza de una danza de mariposas?

Carlos Figueroa - Santiago del Estero, Argentina

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Todas las personas tienen la disposición de trabajar creativamente. Lo que sucede es que la mayoría jamás lo nota.
Truman Capote

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