Canción
La piedra en la mitad de nuestro
río
guarda la quintaesencia de la
eternidad
hoy soy errante de desiertos
metafísicos
el sol implacable carboniza el
átomo de la montaña
con sus pájaros de luz
transparenta el trigo de las
nubes
y la mortandad del hueso
incrustado en la carne
un alarido lejano nos obliga a
columbrar
a sentir la raíz entera de sus
luminarias
el guadual se levanta revelado
trayéndonos en su filo lacerante
la herida del viento
lo efímero de Ser
el verbo que arde sobre una mar
de nada
las primeras estrellas
descienden por las escalinatas
de la tarde
arrastrando desde sus distancias
imposibles
el fondo negro del cielo
y el Valle del Aburrá atravesado
por cierta tristeza
el naranjo en su temblor
anochecido
casca el instante y el incendio
del alma se vierte
hiende sus lenguas voraces cual
una amapola que se abre
hasta fundirse en la
incandescencia del arrebol
la Belleza es lo que se olvida
Réquiem
“Vivirá
mucho si él no se ve a sí mismo”
(Respuesta de Tiresias el vidente
a Liriope, madre de Narciso)
Ovidio/Las
Metamorfosis
A
Daniel Yepes
…De sólo contemplar el arribo
del féretro
la idea de la muerte nos arrancó
la lengua
y una gelidez sin orillas
empezó a treparnos el aliento,
a corroernos la verticalidad,
a besarnos solemnemente los
párpados y la vida,
y a bañarnos el silencio
recogido
como con una especie de horror
vapuleante.
Nada más un puñado de efímera
ceniza, mi hermano,
un cúmulo de noche y fuga y
dolor
arrojado con anhelo furioso
contra las tapias indecibles del
vacío.
Ecos suplicaban su
reverdescencia.
Palabras se desbarataban y se
podrían
ante la obscura herida.
Un llanto yermo alumbrará
esta pausa honda que centellea
en graves lutos…
Cuando ya no somos,
cuando el temblor del alma ha
alcanzado
su derrame inmarcesible,
es que mejor sienten,
es que mejor reconocen la pureza
de nuestro fuego:
¡La
Incandescencia del Furor!
Canción
suave e hipotética
Levantarse,
expandirse, arder,
Es acercarse al vacío.
Basado
en el Ave María
De Schubert
A
Theresa
Siento en el viento las manzanas
más frescas…
Nos duele lo bello
Porque los viejos senderos
inamovibles se nos van,
Porque lo único que nos llama
esta noche
Es el mismo olvido de sí mismo.
Todos estos ciclos que nos
confunden,
Todos estos molinos que no paran
de girar en lejanía
Guardan el verdadero sentido del
Acto y de la Vida:
Mañana
Mediodía
Atardecer
Blancura
Anhelo
Remembranza…
Siento en el viento las manzanas
más frescas,
Y el viento se va, se abisma, se
encoje, se inmola,
Se agrava, se repudia, se deja,
se lleva a sí mismo
Hasta que no queda nada ¡o
incluso, más allá de lo ausente!,
En el arquetipo de todo lo
conocido y de todo lo ininteligible:
Lejanía… Fuga definitiva de la
vida que nace de la muerte
Y de la
muerte que se hace de la vida.
Siento en el viento las manzanas
más frescas,
Y el viento… y el viento todo en
todo se nos va…
L. E. Torres
Colombia
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por pasar por aquí.
Deseo hayas disfrutado de los textos y autores que he seleccionado para esta revista literaria digital.
Recibe mis cordiales saludos y mis mejores deseos.
Analía Pascaner