-La Plata, Buenos Aires, Argentina-
Consuelo
Amigo, mis tazas de porcelana rebozan de té compartido. Llenas con tus ensueños la vaciedad de mi alma. En mi cuerpo dejaste una despedida tierna cuando pensaste que iba a morir.
Último pedido
Si la noche se enreda en la reja y no escuchas mis pasos, enciende igual los leños, Ama, pero no esperes mi regreso.
Sabrás que hallé la llave extraviada, que dejé de controlar el tiempo, que maté las dudas con mis uñas y despedacé mi encierro.
De todos modos, Ama, no eches el cerrojo y deja encendida la lámpara de la sala.
Señor poderoso
No podrás con mis alas, señor poderoso, no matarás mis sueños aunque tapes mi boca. Mi mente tiene puertas abiertas al infinito, el infinito tiene puertas abiertas a la libertad. Aunque anules mis gritos, señor poderoso, aunque dobles mi espalda, se ensuciarán mis manos en la tierra que pisas pero no mis rodillas.
Lo transitorio
Mis manos modelaron símbolos en telaraña para llegar hasta ti atravesando tu desierto. Creí ver brotar un manantial junto a tu ofrenda.
Pero sólo habías encendido los leños para atenuar tu frío.
Arrojé mi mensaje a los leños y adoré el calor de la llama que acababa de morir.
Ruego
Parece encenderse una luz en el horizonte.
¡Por favor, Mi Señor, que no sea otra luciérnaga que se apague ni bien extienda mi mano par asirla!
De viaje
Verás pasar mi barco. La arena se achicará ante ti hasta ser un leve resplandor.
Tus manos querrán ser dos puertos, dos anclas, pero mi barco seguirá su marcha.
Y volverás a tus sueños porque será el único camino que no estará cerrado. Medirás el tiempo con sombras milimetradas. Le entregarás a tu infierno todas tus soledades y al fin te parecerán mieses por ti cosechadas. Volverás a ser puerto. Ahuecarás como anclas tus manos.
Pero ya no verás mi barco.
Deseo
Describe el ave la libertad hecha prisma en sus alas. Modela la brisa la caricia sin fronteras que levemente aterciopela el borde de las cosas.
No tiene patria ni bandera el ave. No tiene cielo ni tierra la brisa.
El ave y la brisa inauguran horizontes y allí construye el altar el único Dios de los caminos.
Cántaro de arena
La noche está hecha de cristales y relojes de arena. Pasa como si fuera cayendo grano a grano dentro de un cántaro infinito.
A cada minuto se repite indefinidamente tal como repito el nombre de mi amado a cada movimiento de la aguja del reloj.
Recuerdos
Tendidos de espaldas sobre el pasto desciframos los fantasmas que recrean las nubes.
-Mira, hijo, el barco de papel que llevó tus fantasías por el arroyo y tal vez se enfrentó con el mar.
-Mira, hijo, el avión que derribó fronteras y gritó su libertad a los cuatro vientos.
-Mira, hijo, el pájaro que te llevó en sus alas y me privó de tu futuro.
…...………………Del libro Moradas, enero 2011. Buenos Aires, Argentina
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La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.
Ernesto Sábato
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sábado, 1 de septiembre de 2012
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