viernes, 3 de agosto de 2007

Carlos Kuraiem

Soy de un pueblo de arquitectos que nunca edifica
Un pájaro indeciso entre dos vientos
un alambre que descansa en dos paredes
útil deforme húmedo y mal vestido
Es la lágrima que reparte su llanto
El hombre vestido de uniforme que vive a traición
El poeta que no dice todo lo que calla
Son sueños de clavos
nuestros sueños, hermano
Nos tuercen los martillazos que nos dan
con sus tambores
en plena cabeza
Hoy amanecí con un libro en la mano
cuidándome toda la noche
amanecí sin uñas en los dedos
Se las dejé clavadas en el sueño
a mis enemigos
que con sus caras ocultas
y sus botas calzadas
daban alaridos de dolor
y huían de mis manotazos
cuando yo los castigaba
con la verdad de mi hambre
Hoy amanecí libre hasta la puerta de calle
hasta el umbral de mi puerta
hasta aquí llegué



***

-un día se deshacen los malvones
y el talismán de ruda
no protege
se rompen los espejos familiares
y caen todas juntas las desgracias
El patio de la casa
es un enjambre de pasos extraños,
………………….…………………..ajeno,
donde arramplan los vientos los postigos
la lluvia come paredes y metales
y la noche
se instala para siempre
detienen su escalada los pastos
amarillentos y mustios
a la altura de las rodillas

***

Los libros mueren un día después de ser cantados
algunos los matan delicadamente
con una flor adentro.
Sólo la caída del tilo
la desaparición de un amigo
o la decadencia de un pueblo
son hechos que se acercan a esta muerte.
Quizá por eso
hoy salgo a descolgar las hojas de los árboles
ganándole al otoño
y recojo los libros que otros no quieren
antes de que mueran.

Poemas del libro La rama inquebrantable (2004)

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Que te toque vivir en una época interesante.
Antigua maldición china

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