Para qué y cuándo aprenden los niños?
Para autorizarse a pensar, descubrirse interesantes, poder sorprenderse, encontrarse pensantes…
Para disfrutar de la alegría de crear, experimentar, jugar, soñar, “inquietarse”, preguntar/se…
Para apropiarse del lenguaje, para historiarse, reconocerse…
Para ser, creer y crear…
Los niños aprenden cuando pueden confiar en los otros y en ellos, cuando son escuchados y reconocidos, cuando se los “atiende” pensantes e interesantes, cuando alguien desea y espera que aprendan…
Porque aprender es tan maravilloso y placentero como jugar!
Actualmente, inmersos en esta sociedad de consumo, se tiende a desvirtuar el acto de aprender transformándolo en un campo de entrenamiento y exigencias, relacionándolo con el éxito, el poder, el prestigio y el tener y dejando fuera al niño de la posibilidad de reconocer y disfrutar su propio deseo.
Vivir en la luna
Seguramente, si los niños pudieran…
…detendrían el mundo con una sola mano…
…saltarían muy alto y se bajarían…
…correrían muy rápido hacia alguna esquina…
…pararían la luna también con una mano…
…darían otro enorme salto y se subirían…
…vivirían para siempre allí intentando construir un mundo tan diferente!
Conozco niños que eligen vivir en la luna a su manera…
…pero claro, eso las personas grandes tampoco lo comprenden.
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El que tiene imaginación sin instrucción, tiene alas sin pies.
Jacobus Joubet
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viernes, 3 de agosto de 2007
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QUERIDA MAESTRA…
ResponderEliminar21-11-2008
Erica Faerman.
Lic. en Psicopedagogía
Si en vez de corregir mi cuaderno miraras lo que sí pude aprender hoy, sentiría que estás acompañando mi camino.
Si tu birome roja resaltara mis pequeños y grandes progresos, se reflejarían tus logros y los míos.
Si transformaras mi tachón, el error de ortografía y los renglones en blanco en maravillosas huellas de mi camino de aprendizaje, me enseñarías lo importante que es equivocarse y seguir intentando.
Si me dieras mayor libertad para elegir donde subrayar, como dibujar, que y como escribir… mi cuaderno te hablaría y contaría más sobre mí. Te sorprenderías porque sería diferente a todos!
Si la tarea no fuera una exigencia para evitar la mala nota, podría ser un hermoso momento para compartir con mamá, papá o para aprender solito.
Si cuando “estoy” disperso, desganado, enojado, triste o me muevo mucho intentaras propiciar preguntas para pensar qué me estará pasando, quizás evitarías rótulos o diagnósticos que me lastiman y me alejan tanto de vos.
Si pudieras pensar mis dificultades como maravillosos desafíos que te enriquecen, me harías sentir tu mano sobre la mía ayudándome a seguir adelante.
Si cuando les escribís o hablas con mamá y papá les contaras también lo que sí pude, logré, intenté, me esforcé… ellos seguirían confiando y esperando de mí.
Si de mis escrituras pudieran surgir diversas lecturas sin imponerme una, me reconocería creando algo diferente.
Si descubrieras y potenciaras lo mejor de mi, tu mirada y tus palabras marcarían mi destino… y el tuyo.
Si resaltaras y valoraras mis diferencias, me enseñarías a respetar la singularidad de las personas. Me permitirías ser especial para vos!.
Si me evaluaras mirando el proceso que fui haciendo en el transcurso del año, podrías pensar nuevas maneras de enseñarme.
Tuve muchas ganas de escribirte hoy para decirte y mostrarte lo importante que sos para mi. Porque tus palabras me ayudan a descubrir mis propias palabras. Y porque tu mirada y tu voz iluminan mi deseo de continuar aprendiendo.
Porque soy solo un niño y en ocasiones siento que se olvidan de eso.
Porque soy un niño es que deseo jugar libremente, hablar, moverme, reír, distraerme, soñar y aprender con alegría… y aunque te cueste creerlo cada vez tengo menos tiempo para poder hacerlo.
Sencillo y cierto tu escrito, Érica.
ResponderEliminarGracias por compartirlo
Un saludo
Analía