Penélope ilustrada
Una
mujer está leyendo un libro. Desde el primer momento, las imágenes, los
nombres, los sucesos allí narrados le resultan familiares.
Gradualmente
va percibiendo que ese libro contiene la historia de su vida.
Comprende
también que, cuando llegue a la última página, morirá.
Tal
vez por eso, cada noche, cuando ya está dormida, su mano sale de la cama,
tantea con cuidado la superficie de la mesilla, coge el libro y, sin que nadie
lo advierta, cambia de lugar el marcapáginas.
Escrito en la arena
Un
poeta está en una isla desierta, sentado junto a unas rocas. Sabe que jamás
saldrá de allí. Que nunca volverá a tener contacto con ser humano alguno.
Quisiera llorar. Quisiera escribir, pero carece de papel o lápiz.
Entonces
gira la cabeza hacia su izquierda. Ve, en el suelo, algunas ramas caídas, en el
límite de la zona boscosa. Se incorpora, toma una de ellas, en apariencia
bastante sólida, y camina hasta la arena.
Mira
el mar, que le devuelve un destello y un rumor de olas. Como un mensaje de
comprensión y fatalidad.
El
poeta sonríe, apenas una mueca de resignación. Sabiendo que la marea lo borrará
todo en unas pocas horas, empuña la rama y comienza a redactar una palabra.
Textos tomados
del blog del autor:
Sergio Borao Llop
Zaragoza, España
Ha publicado El alba sin espejos: https://literaturame.net/libro/el-alba-sin-espejos
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por pasar por aquí.
Deseo hayas disfrutado de los textos y autores que he seleccionado para esta revista literaria digital.
Recibe mis cordiales saludos y mis mejores deseos.
Analía Pascaner