viernes, 11 de noviembre de 2011

Ricardo Mastrizzo

-Andino, Santa Fe, Argentina-


La esperanza
tiene una sonrisa de oreja a boca.
Es el futuro que viene de costado
asumiendo que viene
y viene.
El futuro era hoy
esperanzado en sonreír
por lo menos
de oreja a boca.
Yo quiero poner un verbo,
amotinarlo
en el centro de un hoja,
para que la esperanza sea
de oreja a oreja.


Soy tus dos lunas mojadas por la lluvia

Artesano el año
con el sur del viento,
cae el ciruelo virgen de reclamos.
Laurel que no respira en el entorno alegre.
Mariposa sus ojos evoco,
orejas caídas,
payaso y miel.
Labios que pregonan largos
al doblez de mi mano.
Simpatía noble.
Ladrido en la noche.
Payaso.
Payaso.
Ternura.
Tanta bronca tanta . . .
Si tu vida es la muerte,
habría querido yo ser muerte.
Parece mentira que el respiro nos roban,
parece mentira si nada dejamos de pagar.
Si a nadie abortamos del mundo.
Parece mentira que mis ojos son dos lunas cuando llueve.
Si estás en la noche corriendo sapos
o estrellas que laten.
Si estás en el día mordiendo raíces.
Soy la flor en tu cuerpo.
Soy tus dos lunas mojadas por la lluvia.


Ahora soy la lluvia y me prometo
cavar en el aire agujeros de luces,
marchitar acuarelas,
suplementar amapolas
de su vello
bello
bueno
viento sin aroma.
Ahora soy lo que digo,
pensamiento llano entre pájaros y juegos,
mientras el mandarinal perfuma carencias
y el aguaribay espera mi canto.


Un veintitrés de febrero
se hizo pan
se hizo boca.

Hizo espalda y poema.

Frascos y frescas escuelas
en la rutina de irse y volverse
amado.
Fue tu padre,
es tu padre.
Un veintitrés admite fiestas,
recuerdos,
también paisaje.
Ya ves,
en los versos descubres lo que no olvido.

A veces el Armando está apenado,
o está vibrante de saber que es vientre y Pachamama
para renacemos en cada levadura olorosa leudando esperanza.
Este veintitrés tu vino está en mi vino,
la virtud en la espera.
En Irma nacen labios de la albahaca
y los versos nos quedan pegados.

Hay arreboles
y trinos
y siestas
y abrigo en la sombra del paisaje.
Hay un perfume de pájaros dormidos,
un agua que canta cuando dos jazmines me piensan.
Un veintitrés te siento entre laurel
y Laurel.
Cada noche hace lluvia el silencio ido
cuando el viento fresco canta caprichos
para no volverte,
entonces, abro mis manos y el latir de la calandria
hace pájaros en esta soledad.


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La valía de un hombre se mide por la cuantía de soledad que le es posible soportar.
Friedrich Nietzsche

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2 comentarios:

  1. Quise dejar un comentario debajo de los trabajos de Lerio, pero fue imposible. Así que invado este otro cuenco de palabras y digo: ¡quién viviera tanto y amara con tanto ardor! Me han venido a la mente unas palabras que escribí hace unos días y que ahora comparto con todos ustedes:

    Tandis que j’attends

    Les paroles les plus profondes
    je ne les connaîtrai jamais.
    Le plus petit parmi les êtres…
    c’est tout ce que je suis.
    Et sur les beaux sons de la poésie
    mes empreintes ne seront jamais décryptées.
    Un jour un blanc nuage
    se posera sur mon âme
    et ma voix sera apaisée
    lorsqu’elle atteindra la mer.

    El buen amigo Daniel Alarcón Osorio me ha recomendado este sitio, ¡y cómo lo he disfrutado! Saludos, Julio Santizo Coronado

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  2. Apreciado Julio:
    Muy agradecida por tus palabras y tu tiempo para pasar por este espacio literario.
    Desconozco qué sucedió para dejar el otro comentario, aunque algunas cibersituaciones me superan ampliamente.
    Un saludo cordial y mis deseos que estés muy bien y tengas buen año
    Analía

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Analía Pascaner