-Nació en Alta Gracia, Córdoba. Vive en Buenos Aires, Argentina-
El viento se ha enojado conmigo
El viento se ha enojado conmigo. Dice que no tengo
fortaleza suficiente para enfrentarlo
a seiscientos metros sobre el nivel del mar.
El viento es un capítulo aparte. Nadie como él
para levantar faldas, para toquetear,
para despertar aromas y olores.
El viento no puede quedarse quieto
en esta región desolada.
El viento conduce a la comprensión de las
marañas, de los nudos gordianos.
Lleva un hacha en la mano y su brazo
es un estigma, una úlcera, una llaga.
El viento me despeina, me peina.
Me inaugura. Las fosas nasales no logran
eludirlo.
El viento se ha enojado conmigo, bis.
¿Sólo se vive una vez?
Fue una zambullida. Nada más.
Nadaste dentro de sus ojos,
besaste lo más hermoso de su cuerpo
y de su alma presuntiva
pero no hubo más.
(No sabés si él hizo lo mismo).
Temblaste como una adolescente.
Te escondiste.
Pero no hubo más.
(No sabés si a él le pasó lo mismo).
Ahora lo esperás.
¿Está o no está? ¿Viene o se aleja?
¿Se olvidó?
(Los hombres se olvidan de todo).
Cuidate, no seas zonza,
zambullite de nuevo y más hondo.
Sólo se vive una vez.
(¿Sólo se vive una vez?)
………………………………Del libro Una hormiga / Un halcón
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Queremos ser más felices que los demás, y eso es dificilísimo, porque siempre les imaginamos mucho más felices de lo que son en realidad.
Montesquieu
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lunes, 16 de noviembre de 2009
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