-Poeta nacido en Catamarca. Reside en Buenos Aires, Argentina-
el silencio late como piedra convulsa
……………………………………………………A Lucía Carmona
en la Poesía, montaña ondulante,
algo es posible;
pero la lengua es el cuchillo de lo que no puede decir.
como un errante escalofrío
el lenguaje cristaliza.
cuánto debo morir, entonces,
para que suceda el poema?
como los árboles, no podemos huir
ese tiempo, cuando tu cuerpo era
una tempestad espléndida de proezas fabulosas,
no pude resistir la tentación de mirar el universo
con ojos de árbol y nube: me colma
la embriaguez de esos días demorados.
yo, diosa en trance, persisto
implorando pan y socorro
Tú, a lo lejos, eres la parte más sombría de mi fe.
dignidad en presente de indicativo
la sorda estampida de un galope
y el último relincho de aire anuncian el desastre:
hay que calzarse los guantes para no tocar el miedo;
en la epidermis, -arcaica entretela del goce-,
suturar este torrente de óxido que se cuaja en las arterias;
amarrar los fluidos fosforescentes
con esta ración de dolor imperdonable
que la noche dará de comer a los microbios:
rotular su nombre para que nadie
confunda la íntima dimensión de la derrota
disimular esta lejía de lágrimas desobedientes
que buscan asilo en otro mundo,
controlar las inútiles pertenencias en disputa;
registrar la degradación, retirarse hasta que la liturgia se repita.
la sangre, comarca de revelaciones
no acierto con la extremada plenitud de la agonía
que me condena a la paciencia: lazarillo impávido
voy ladero de la muerte al borde del barranco de tu cama:
mi fe avanza impune por todos los rituales
y se evapora como caldo envenenado.
entonces, cuál es nuestra grandeza, Señor?
cuál es la Tuya?
lo peor es no morir ahora
no todavía.
si las sombras se devoran, no hacen luz
una jungla de palabras vibran indignadas
fraguan en mis pupilas para fugarse:
me empeño en rugir el aire de las cosas.
no seré dueño de mis ojos
hasta que no diga.
la noche me punza. tengo miedo que mi voz
se pudra
…………………………………Poemas del libro la mirada sonora (2008)
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El colmo de la infelicidad es temer algo, cuando ya nada se espera.
Lucio Anneo Séneca
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lunes, 16 de noviembre de 2009
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Excelente poesía, visceral, Alfredo. ¿Hasta dónde hay que morir para que surja el poema? No hay que morir hay que desangrarse...
ResponderEliminarUn saludo cordial y otro para Lucía Carmona a quien conocí hace tiempo y admiro.
Bertha
Estimado poeta: me dejaste sin palabras. ¡Cuánta fuerza en cada verso!.Esta imágen es tremenda "voy ladero de la muerte al borde del barranco de tu cama".
ResponderEliminarUn verdadero placer descubrirte.
Olga Ravelli
Queridas Bertha y Olga:
ResponderEliminarMuchas gracias por sus comentarios acerca de la poesía de Alfredo, un excelente amigo.
Así es... una poesía visceral, brotada desde lo más profundo de su ser.
Un abrazo y mi cariño
Analía