Volver a escribir en cursiva
y dejar
la huella
los puntos y comas,
y reverberar en las nostalgias
sin signos de preguntas.
Volver a escribir en lápiz
porque el carbón, durante siglos
está al abrigo.
Encintar la hoja
con fibras de muérdago,
dejarlo en un banco lejano al
académico;
aletear de susurros
bajo la fronda que vive.
Volver a escribir
cuando brota la infancia,
o en la madurez
cuando la bronca es útil.
Dejar las mayúsculas
para los que se conmemoran
inmortales
y dejarme llevar
en esta suave cursiva, bajo tu
nombre,
un te quiero
sin candados…
… Se me ocurre
envolver la luna y dejarla en un
bolsillo abrigado
con luciérnagas y carnavales
y esperar que la paciencia de tus
manos
desenvuelvan la otra cara de
mirarnos.
Se me ocurre, desenvolverla bajo el cielo
de una noche
plagado de estrellas y orquídeas en
colas de cometas
y esperar el soplo de nuestro aliento
en alimento
de precoces voluntades.
Se me ocurre cambiar de mano y
alfajor,
envolverla en su papel
bañándola en chocolate a punto.
Envolver la luna para abrigarla de
pies pesados,
máquinas barullentas
y caminar por la sal del tiempo a
contramano y antojo.
Desenvolverla ante la mirada de algún
niño,
envolverla un dedo acusador de juez
delirante de turno
no quiere que cantemos en colores.
Desenvolver la luna y hacer una
pancarta sin dobleces
y escribirle un: tequiero-
tododecorrido.
Poemas enviados
por Ana Lía Gattás
Ricardo Mastrizzo In memoriam
Santa Fe, Argentina
Nota de Edición: Desde
este espacio, mi homenaje y mi recuerdo para el autor
Gracias Analia por recordarlo hoy, justamente a cinco meses de su vuelo, con dos de sus hermosos poemas. Gracias infinitas. El poeta burla a la muerte con su obra, y en eso estaremos. Hermosos los dos elegidos. Mil gracias!!
ResponderEliminarGracias a vos, querida Ana, por permitirme compartir los sentidos poemas de Ricardo. Creo que los recuerdos con nuestros seres amados permanecen más allá de todo.
EliminarMi abrazo
Analía