El matador ¿Kempes?
………………………………………………………………………(... se comunica a la población
…………………………………………………que a partir de la fecha el país se encuentra
…………………………………………….……… bajo el control operacional de la junta de
………………………………………comandantes generales de las fuerzas armadas...)
Siempre me dio miedo la oscuridad…y para peor…hace rato que no escucho a Luis…me estoy cagando de frío.
Afuera no paran de gritar. Cada vez que esos guachos jetonean, alguno de nosotros la pasa para la mierda. A veces no puedo parar de pensar…¿estaría la tía y el tío, cantando y aplaudiendo y gritando también? …si supieran…
Che…Luis no vuelve…ese último baldazo de agua estaba frío de verdad.
Todavía me duele la espalda y me sangra de donde me arrancaron los pelos.
¿Cuántos tipos felices habrá ahí afuera?
Luis volvió a los días…no para de llorar…
Al rato que llegó, escuchamos nuevas voces, algunas eran conocidas, por lo menos para mí, y también para Luis, y estaba seguro que una de las voces era de Marta…Luis no para de llorar…no para…claro…
Hacía cuatro días que la ciudad no gritaba. Ahora comenzaron de nuevo…cantan… aplauden…putean…tocan bocinas…en las calles…en las casas…en todos lados…mientras tanto…yo…no sólo escucho esos gritos…también escucho los de Marta y el ruido del baldazo de agua fría…ah, y a Luis…que no para de llorar…
Escucho algo que se cae…un quejido…un llanto… ¡mamá!…volvió Marta…
Me llevan…la oscuridad se fue…hay una luz fuerte que me quema los ojos…“Así que sos vos…y nosotros que te buscábamos por todas partes…”
Cuando cumplí los nueve años hicimos una fiesta grande en casa. Marta y Luis siempre llegaban primero a mis cumpleaños. Luis me regaló un arma de plástico como la que tenía él. Marta me dio un libro de cuentos…lo leí de grande…no tan grande…
Juramos ser amigos para toda la vida, los tres, y así fue…amigos…
Pasaron los años, pasó el tiempo, y las cosas cambiaron y yo los empujé…como siempre… Cambiamos el plástico por algo más pesado. Teníamos dieciséis…y Luis sólo quería ir a bailar…baldazo…
Los gritos de los veintitantos millones de ciegos fanáticos son ensordecedores. Los llantos de Luis me hacen odiarlo, pero no, no puedo odiarlo, primero porque es Luis y después porque es un pibe…¡si es más pibe que yo!…Marta igualmente lo recagó a puteadas.
¿Estaría la tía y el tío también ahí…gritando y tirando papelitos?
Al principio fue para presumir a las chicas del Comercial Nº 1…en verdad…solamente a Sonia. Con el tiempo entendí…me dijeron…que las cosas eran así: o estabas de este lado o estabas de aquel lado. Sonia nunca me dio bolilla. Solamente atinó a decir “pero si estás siempre metido ahí con esos…¿cuándo nos vamos a ver?”. En verdad no sé por qué me acuerdo de esas cosas…creo que solamente aparecen…baldazo…chispazo…
Falta Lucho…¿seré yo el que…?
…ahorremos tiempo pendejo…no seas boludo…baldazo…
A mí el fútbol me gustaba, pero en ese momento lo odié. Lo único que pedía era que Kempes se lesionara. Cada vez que hacía un gol, la ciudad estallaba en gritos, y millones gritaban y gritaban “Argentina, Argentina”…¿y nosotros que carajo éramos la puta que los parió…holandeses?
Y…Kempes juega bien…y ese día…el guacho jugó mejor que nunca. Al rato hizo el segundo gol…todos gritaron más fuerte, mucho más fuerte…quizás para no escuchar… Después pitaron el final del partido y todos dieron gracias a dios por ser argentinos…¡gracias Dios por esto!…¿gracias Dios por esto?…a mí algo me atravesaba la espalda, y era tanta la felicidad de todos, que yo no podía ni escuchar mi llanto.
Texto editado por Editorial Dunken, utilizado para filmar un “video minuto” (historia filmada en un minuto) por alumnos de cine de la Universidad de La Plata, provincia de Buenos Aires.
Christian Diego Morales - Catamarca
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Para hacer la vida soportable, hay que acostumbrarse a las injurias del tiempo y a las injusticias de los hombres.
Nicolas Chamfort
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miércoles, 9 de abril de 2008
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Bellísimo el texto de Cristian. Me encantó. Victor Hugo Tissera
ResponderEliminarCómo pudieron, me pregunto, cómo pudieron. Cómo pudimos, me grito, cómo pudimos. Gracias, Christian.
ResponderEliminarAlicia Perrig
Gracias por los comentarios, y gracias a Analía por esta hermosa revista.
ResponderEliminarChristian Morales
Gracias por sus comentarios, queridos Alicia y Víctor Hugo, siempre tan generosos con sus palabras. Y muchas gracias Christian, por permitirme publicar tu texto profundo y sentido.
ResponderEliminarUn cariño.
Analía
Tus palabras llegan a mi alma, aunque este lejos...llegan. Mími
ResponderEliminarGracias Mimí.
ResponderEliminarEste texto me pareció preciso cuando en días pasados hablaban del aniversario de 30 años del mundial de fútbol en Argentina. El cuento fue gráfico para mí.
Nuevamente gracias Christian.
Un cariño.
Analía