cabalgamos llanuras
desiertos estepas
cima y sima
nos elegimos viento
flameamos entre mástiles
proas y popas
enaltecimos al agua
y aplacamos al polvo
por las terrazas y los terraplenes
por los sinuosos senderos de las villas
a la hora de la siesta
escandalizamos el meneo de las hamacas
y los barriletes
con alas de gaviotas
y temblor de palomas en celo
fuimos viento
herederos
del miedo a las catástrofes
fuimos giro torbellino ímpetu
trashumancia
* * *
a un costado
sin referentes
de adelante o atrás
avanzo hacia un costado?
acompaso un trayecto
con los que exhiben bajo cielo
los gestos obscenos de la intimidad?
abierto y acechante permanece
lo que no se puede cerrar
-soliloquio entre las multitudes-
a un costado
cuál es el centro? y el sendero?
cómo retroceder
con quienes se esconden de la luz
y tejen caravanas de sombras?
a un costado y arriba
la intemperie
a un costado y abajo
desidia y abandono
y las alas?
los alientos?
las puertas?
y las llaves?
el sueño es un costado
de árbol de edificio
de banco en las estaciones terminales
en las anchas esperas de los aeropuertos
en los bordes de plaza
en los pasillos de los hospitales
el alimento es un costado de pie o sentado
el sustento es un costado de desechos
el amor es un costado a solas
el agua es el bálsamo de todos los costados
que invade mi costado
y no alcanza
para aliviar tanto dolor
de tantos
* * *
si no fuera por las aspas del molino
y la cola de barrilete
que exige más y más alturas
si no fuera por el balanceo de las ramas
que acunan el regreso de las palomas
al nido primogénito
si no fuera por las hojas secas
en círculos a ras del suelo
si no fuera por el ángel cautivo de la piedra
y su piadosa vigilia debajo de la lluvia
ni por la resolana esquiva de las nubes
ni por las mejillas que en un simple roce
retoman el diálogo de las pieles
si no fuera por lo sepultado en la indiferencia
en la mentira
en los encierros
y sus cenizas
ni por los picos de pájaros que libran semillas
ni por el cuerpo de la tristeza
trashumante en lágrimas
si no fuera por estos pies descalzos
trenzados a mi falda
ni por el agua en pugna con las olas
ni por las velas agazapadas a los mástiles
ni por los foques agazapados a los mástiles
ni por las veletas hastiadas de horizontes
del viento
qué sería del viento
Poemas del libro de la autora: El silencio de los corales. Poemario inédito, 2024
María Pugliese
Muñiz, Buenos Aires, Argentina
bellos poemas
ResponderEliminarMuchas gracias Roberto
EliminarGracias por tu lectura, Roberto.
ResponderEliminarMi abrazo