jueves, 16 de junio de 2011

Rogelio Ramos Signes

-Tucumán, Argentina-

Para un árbol genealógico inexacto

De mis abuelos sé
lo que quisieron contarme.

De mis abuelos sé
lo que creí entender
de cuanto quisieron contarme.

De mis abuelos sé
lo que logré recordar
de cuanto creí entender
de aquello que quisieron contarme.

Es decir, nada.


Autorretrato

Soy un lagarto que no parpadea,
un trabajador que convive con sus límites,
una vieja máquina de escribir sin la letra F.
Soy un tronco de roble en vías de abandono,
una cuña de madera, una bellota,
un palo borracho sin espinas.
Soy un oso panda sin bosque de bambúes.
Soy un changuito riojano que no come tomate.
Soy un niño sanjuanino
que envasa esos tomates en botellas de aceite.
Soy un hombre que se desvela
pensando en la alegría de gente que no conoce.
Soy un músico frustrado,
un señor de la ciudad de Rosario
que a orillas del río no disfruta de la pesca.
Soy un habitante de Tucumán que sufre la maloja
y la transporta en sus pulmones.
Soy un escritor, para nada leve,
que camina a veinte centímetros del suelo.


Ramos generales

…………………a Maísi Colombo, que entiende estas necesidades

Yo también he soñado con una ferretería en medio del campo.
A lo largo de una ruta donde en verano sólo las víboras se atreven,
he soñado con elementos de labranza,
…………….con alambre de púas en rollos homicidas,
…………….con bolsas de fertilizantes detrás de la persiana.

En siestas donde el sol decolora las piedras
he imaginado umbríos espacios a resguardo,
mientras alguien pregunta “¿Qué se le ofrece?”
y una mujercita extenuada se esfuerza por no pedir un vaso de agua.

Yo también he fundido mi propio acero
jugando a los naipes hasta el amanecer sobre una cama.
Yo también he dicho “Esto no es vida”
bajo un ventilador que arrojaba aire caliente,
sin saber qué recóndita cosa era la vida.
…………….Y he llorado de impotencia.

Yo también hice pactos desfavorables con Dios.
Pensando en esa amplia y fresca ferretería en medio del campo
…………….como un espacio idílico donde el dolor no llega,
hice pactos desfavorables con Dios. Y no es capricho.
Es una parcela indefinida del planeta
donde asuetos y feriados nunca obligan a bajar las persianas.
Es una parcela indefinida del agobio
…………….haciendo esquina con el sueño de algún antepasado
que nunca conocimos.


.....Del libro La casa de té, Ediciones En Danza, Buenos Aires, 2009

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Nunca se desprende uno de lo que le pertenece, aunque lo tire o lo regale.
Johann Wolfgang Goethe

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2 comentarios:

  1. Excelente poesía, con elementos de la realidad que denotan al que sabe denunciar, al que sabe ver en su entorno el sentido externo e interno de las cosas, la poesía de lo cotidiano.
    Saludos poéticos Irene Marks

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por tus observaciones, querida Irene.
    Te abrazo
    Analía

    ResponderEliminar

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