-Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina-
de lo que se va
dejando…
atrás el aire escamoso
la pisada sobre las migajas
ahora tengo ojos de ángel
de verdugo
puedo mirar el paisaje
como se mira a un lugar ajeno
del ejercicio del
escriba…
Y escribir, escribir bajo el fleco turmalina del ocaso, ese
punto donde mueren las vocales hasta desangrarse de palabras. Fundirse en el
charco. Poder resucitar en las fauces de una aurora boreal, una espiral
envolvente de expresiones que nos gire. No temerles. Abrirse a este cúmulo
brillante entrelazando todos los pasados y presentes, exhumarse
y zambullirse, tenderse y confiar… confiar que la gravedad ha
desaparecido, que no habrá caída y que entonces las palabras fluirán
como partículas de luz más allá de nuestros límites.
Misceláneas
Me revuelco
en el tinte del génesis
que congeló su gota
-una incrustación del segundo-
en el envés del nosotros
*
A papá:
veinte años
es sólo una medida
del instantesiglo
una lámina incolora
que no me ha dejado
ni siquiera mover
tu foto de mí.
*
un hilo ígneo
se arroja al vacío
flagelando flores,
flameando arena entre espasmos azabache.
Se ven indefensos los pétalos fundidos en el mármol
y muy detrás tu sonrisa
como un dios hastiado
que observa.
de los territorios
inasibles a la vera del Limay…
Entro por las fisuras
al territorio inalcanzable de la infancia
como se intenta alcanzar la nube
igual de
obstinada
aunque desaparecerá entre los dedos
esa pequeña imagen de mí que se ha ido.
No álamos junto a ese tramo del Limay
ni hojas crujientes en el bajo
no hadas de tules, no tortugas gigantes
cruzando la chacra -a paso de hartazgo- bajo el sol de
las bardas
no hermanos escondidos detrás de los galpones
ni acertijos sobrevolando el chasquido de las piedras
no duraznos como soles
ni uvas, esos almíbares de abuela
entrándome y danzándome la nuca,
tampoco canteros de azucenas ni monstruos pertrechados
detrás de los manzanos
son sólo giros en la hamaca estática del tiempo
de una nena que juega juegos de a uno
y observa, distante
con su tercer ojo.
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Nos perdemos de muchas cosas en la vida sólo porque la mente
no cree, sólo porque la mente tiene cierta actitud obsesiva y fija. Se abre
sólo a ciertas cosas y luego se cierra.
Osho
Bellos versos éstos de Marina...!! gracias, querida Analía por compartir, un abrazo!!
ResponderEliminar¡Muy bello! Gracias, Marina, por el regalo de tu poesía. Gracias, Analía, por compartirlo.
ResponderEliminarMarina querida qué bellos poemas, qué bello leerte. Un abrazote Gus-.
ResponderEliminarQueridos Norma, Anamá, Gus:
ResponderEliminarMuchas gracias por su lectura
Mi cariño y mis buenos deseos
Analía
Marina, bueno leerte por tu sensibilidad y expresiones creativas y bueno también saludarte en este sitio de una querida amiga que tanto hace por la cultura.
ResponderEliminarVa un abrazo
Betty
Gracias por tu lectura, querida Betty, y por tus conceptos, también vos sos generosa en tu tarea de difusión
EliminarUn abrazo
Analía
uy, qué sorpresa la publicación y los comentarios! Muchísimas gracias Analía por guardar estos poemas y publicarlos, también a Norma, Anamá, Gustavo y Betty por dejar sus comentarios y su afecto, los abrazo.
ResponderEliminarFelicitaciones Analía, por tu labor de difusión, un gusto estar en este número de tu revista, cariños.
Gracias a vos, querida Marina, por permitirme compartir tus poemas y por tus conceptos elogiosos.
EliminarRecibí mi cariño y mis deseos que estés muy bien
Analía