miércoles, 11 de noviembre de 2015

Mirta del Carmen Gaziano

Allí estaré

Camino, sí
quizás no lleve tu ritmo
ni tu misma dirección, pero camino,
y mi andar en nada se parece
solo crece con la necesidad natural de darlo todo.

Para seguirme
busca mi estrella
ella podrá guiarte
o las huellas que seguramente voy dejando.

Para seguirme
procura escuchar al ruiseñor que me acompaña
ve los cúmulos de nubes que me envuelven
déjate acariciar el rostro por la brisa.

Fíjate en la luna estriada de la lluvia
que felizmente me secunda
ve los montículos de arena blanca
donde quedan las huellas de mis pies descalzos.

Verás rastros de líquenes en frondosos bosques
y un abra,
¡¡ah!!, un abra formidable
apertura desde lo alto
cumbre estelar tocar el cielo con las manos.

Ventana abierta sin marcos ni persianas
espacio abierto
estremecedor estrépito de vida
allí festejaremos el encuentro
¡¡allí estaré!!


Aquella tarde

Caen sinuosas las hojas ya marchitas
dejan a su paso un lento trayecto/
un lamento.

Tenacidad, frecuencia sucesiva
irán sumando en tierra las caídas
ocre marrón los cúmulos denotan
la dulce conjunción ámbar limón en cada tallo.

Veo
un parador/ soledad abandonada.

Puñados en veredas y rincones
dulce ambular promete gruesa alfombra
rumor en quiebres
crepitar solemne.

Sigo mi andar, me suelto, me descalzo
el viento me despeina de inmediato
simbiosis,
despertar en medio de una sutil transformación
me mimetizo, soy el paisaje
tierra y limo soy
envuelta en matices y frecuencias
subliminal en un otoño irrepetible.


Mirta del Carmen Gaziano
Santa Fe, Argentina

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