martes, 4 de noviembre de 2014

Héctor Marcos

La realidad,
un gran viento
que curva y voltea.
La ilusión me ayuda
a caminar y esperar,
buscándote siempre
en el recuerdo.


Acantilados,
tierra y marea,
espacio y espuma
de soledad.
Horizonte de pájaros,
piedras de peligro,
bandera es tu pollera,
tus pies son cornisa,
madera es tu cuerpo,
con manos de sal.

Ante una sonrisa,
te salpica el mar.


como si acercara mi mano
a una vela,
toco tu piel.
Esos ojos de niña perdida,
se vuelven en la rabia,
penetrantes, crispados,
me dicen quién eres.

Las pequeñas manos,
acarician su boca, ancha y fina,
se esconde siempre,
cual ostra de mar.
Cuerpo de violín.
Sonido,
que danza sin pausa en mi memoria.


Con la mirada del miedo,
cuando entro en la casa, siento el olor de la tristeza.
Recuerdo cuando llegué a tu montaña,
cúspide o soledad del desierto.
Veo arriba el mar,
el arco iris rompiéndose en las olas,
y tu imagen debajo, entre las nubes.


Hoy salió el sol,
igual que una música de Rossini, y comencé a imaginarte con pasos rápidos, saliendo a pelear la vida, robándole al reloj un espacio más.
Quisiera ser el viento que te empuja, una nube transparente que te envuelve, poder observarte cada segundo, como un alado que se va.


Los lobizones irrumpen en la memoria,
rodeado de fantasmas,
buscando comerse las placenteras imágenes.
Algunos recuerdos se caen,
se rompen,
de tanto llamarlos.
Al fondo del pasillo oscuro,
con un vestido blanco,
y una lumbre en la mano,
me esperas, mientras avanzo,
tu figura sorprendida,
se aleja… se aleja.
Y yo busco el patio gris,
con una fuente de llanto.


En la niebla,
comienzo a ver,
a la gaviota invertida,
una y mil veces,
como un espejo frente a otro.
(Un sencillo adiós)
no puede evitar que te repitas,
con la luz de los cristales.

Ojos caracoles
regresan al plano
de tu espalda.

Mi labio serpiente
cruza la loma,
de tu cuello.

Los dedos tocan
al son del delirio,
el erizo del deseo
grita en silencio.


Poemas del libro Del silbo al silencio. Colección: Un pie en cada bote. Prosa-icos Ediciones, Julio de 2014, Palermo, Buenos Aires, Argentina
  

Héctor Marcos. Buenos Aires, Argentina


2 comentarios:

  1. Breves todos los textos y con una riqueza en las imágenes que ninguno para desapercibido, felicitaciones.
    Betty

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