lunes, 19 de mayo de 2014

Rachid Boussad

Mi cumpledaños

Adiós quizá para siempre!...
Te digo este adiós llorando
Desde la orilla del mar.
No olvides tú mi amor
Si muero de soledad…
   Rosalía de Castro

En mi cumpleaños
De mariposas alegrosas;
Fuiste un “cumpledaños”
Y perdidas lloré tus rosas.

En la opacidad de la noche
Aguardé en balde tu ángel fugaz.
Y entre las estrellas apagadas,
Saludarte, ufano yo y maestro,
Por las espaldas largo tiempo tranquilizadas,
Veía yo pardo lejano y nocturno.

¡Ay! ¡Qué pedregosas
Se han puesto mis nubes,
Y qué páramos mis cielos!

He aprendido como sufrir
Sin sufrimiento
Como llorar
Sin derramar lágrimas.

Adiós, Gloriosa! vestigios indelebles,
Sueños…sin dueño,
Delirios desencadenados y desbocados sin poniente,
Praderas sin fragancia sin azahares.
¡Adiós hasta que amanezcamos,
Y anochezcamos con las luces de la podredumbre!
¡Adiós quizá para siempre!


Gritos silentes

                     “Écrire, c’est hurler en silence!”
                             Pénélope Damman

En los pómulos de la luna,
El firmamento populoso de estrellas infinitas,
Dibuja sarcásticamente…injustamente…
Tu óbito escamoteado.

En la cuna de estas sombras sonoras
Saltan y resaltan mis desmadres,
Nacen y fenecen mis manantiales,
Y mora mi vida sufrida, desdicha imperecedera.

¡Ay, qué ayeres y qué hoyes tan reñidos
En este mar de bramido proceloso!
¡Ay, qué bravías luchas huérfanas entabladas!
Todo falta do faltan las fragancias de tu palmeral.

En el santuario de mis noches de insomnio,
Deseos suicidas el alma entona.
Recuerdos de arco iris y relámpagos
Yacen sin soliloquio.

En el umbral de mis hoyes insurgentes,
De rayos y truenos sobrantes,
El céfiro circula asaz curioso
Queriendo rastrear mis silencios sonantes y tonantes

Y con voz urgente me echa a la cara:
¿!A quién embalsamas decentemente
Estos gritos callados, estos barrancos amigables!?
A Majakech, eterno nombre. Idilio sempiterno. 


Entre el cariño y el daño
                         
                  “Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido”
                                                            Pablo Neruda

Un viernes tan flébil de abril,
La tristura…taurina,
En mi lengua anidaba
Por haberme perdido la mujer
Que tanto yo amaba…

Tan corto fue…fue
Con ella el veraz cariño,
Y tan largo es…, pero es
Sin ella el tenaz daño y movedizo.

¡Qué ayeres y qué hoyes tan reñidos!
Un calvario sañudo
Que nunca jamás sella en mi pecho
Idas y abandonos.
¡Qué desvelo eternal!


Rachid Boussad. Marruecos


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Las preguntas que no podemos contestar son las que más nos enseñan.
Patrick Rothfuss
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