lunes, 26 de marzo de 2012

Alfredo Luna

-Buenos Aires, Argentina-


la verdad es un pozo de pena


no sé dónde voy entre olas de música
que se hunden como luz gigante y rota.

busco lo más remoto de mi nombre,
el eco mudo de mi sangre; una mísera patria.

tu Dios es una mentira que esplende, punza
y me confunde;
por eso, dejo el alma donde arde esta vigilia.

……… * * *


el cielo, inmaduro, amaga una tormenta

llueve en mí: el agua se crispa en reproches de azufre
y es mi cuerpo este esplendor en ruinas,
hay una sierpe degollada
que rueda por mi sangre hasta la página
por apenas una gota de belleza que diluya en la bruma
la forma con que amaso el delirio.

dejo la vida en las puntadas de esta trama;
la parcho con restos de caricias sin memoria
con el vacío que me colma de viento
voy armándome,
tejiéndome con palabras de miel, de acíbar y con lo mudo
por culpa de esta obstinada tara de vivir.

empiezo cada vez desde mi fondo ebrio de miedo
amarrado a mi desdicha.

amago el último gesto. me entrego. no basta.

……… * * *


el pecado no me necesita


cada palabra es un disparo
cuando rezo por ti
amémonos, mintamos la eternidad
esta noche, Dios tiene miedo

……… * * *


bendita la impúdica belleza de tu cuerpo


a zarpazos de amor me expulsabas del exilio
y te soñaba dueño del cielo
y yo, de tu gloria.

era mío el imprudente júbilo
de las inefables Hetairas del cielo
y los faunos del infierno protestaban de alegría:
ávidos comensales de tu sexo, deliciosa fruta
codiciada por la muerte.

nunca he visto Dios tan desolado

……… * * *


merodea una plañidera


mi boca dibujaba tu cuerpo en tres días de penumbra
y sus tres noches cortadas por el silencio.
voy mordiendo mi deseo cuando tu nombre
sube como luz agria que se extiende por la sangre.

un goce malvado va rompiéndome
y dispersa mi porvenir en esta quejumbre:
una palabra tuya no bastará para sanarme ni ahora. ni nunca.

……… * * *


tu palabra remeda un fulgor


ahora besar y decir son gestos tardíos
aunque la dicha se abra en mí
como algo más eterno que el viento;
aunque caiga de tu nombre
ese cardumen de panes que prometiste


……………….............…………Del libro vigilia hereje, 2011

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La fuente de todas las miserias para el hombre no es la muerte, sino el miedo a la muerte.
Epicteto

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2 comentarios:

  1. tremendo poeta este Alfredo, a quien tuve el gusto de conocer en Chilecito. Con qué destreza maneja las palabras y los silencios para expresar emociones crudas, que remiten a hondas experiencias humanas.Felicitaciones Analía por publicarlo. Luis Taborda, desde Tinogasta

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  2. Muchas gracias, mi querido Luis.
    Alfredo es excelente poeta y espléndido ser humano, me siento honrada con su amistad.
    Mi cariño y mis mejores deseos para vos y tu linda gente
    Analía

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