lunes, 26 de abril de 2010

Esther González Sánchez

-España-

Haití

Querida Haití,
Hoy no vengo a hablarte de tus pies heridos de caminos
ni de ese desaliño que ganaba tu rostro con el brillo de la lágrima seca.

Porque acaso hervía en ti el dolor abdominal de la pobreza,
te abriste al ápice delirio de la airada materia,
para romper tu grieta de hambre y mutilados panes sin reserva.

Ayer amanecieron tus calles más delgadas,
con el hacha de piedra vaciada entre el cuerpo de unos hijos
que se buscan entre el aire emborronado y el asma de la tierra
-como trágicas muecas sobre la noche de los inocentes.

¡Quien no ha llorado sobre el cuerpo irrepetible del hermano!

Pero aún quedan verbos ganados al naufragio.
Aun rezan sobre ti las sílabas de leche,
y sobre la costumbre antigua de amanecer, los hijos de tus hijos
bajan lentos como ríos con hábitos de lluvias
o como monjes que aguardaran su hora de maitines
mientras gritan que tu nombre de hoy, Haití, no es un exceso de metáfora.


Marea negra

Prefiero imaginarte
en el primer instante,
antes que los titanes
ahogasen tu recinto y precintaran
su canto de gorriones.
Cuando en tumulto azul por los costados
desairabas la fuerza del acero
y el tacto de la herrumbre.

Entonces, aún jugabas
a ser alma reciente de la vida.

Mas hoy, que se entretiene
largo el desamparo por tu nombre,
y te pretendo vívido haz de luz
que tallara el redondo asombro de mi boca,
desciendo l e n t a, suave,
al mundo de los pájaros
que sólo resucitan primaveras.


De cómo nació al mundo

Primero fue un susurro,
el brote conquistado a la esperanza,
la sílaba de empeño
en el tallo creciente de la vida
o el agua que columpia
desiertas latitudes
en la bóveda oceánica
-templada de horizontes- de una madre.

Así abundó su paso
y nació a la bandeja del instante.

Mas bastó un solo soplo:
el halo que viajó al cuerpo inviolado;
el dedo inquisidor que dominando
los verbos de lactancias,
viajó hacia su mundo
y allí dejó su grito
de lengua verde y miedo,
en ala gris y noche de pizarra.

Y creció hacia los dientes de pobreza,
al centro de la sal y sus costados
de rezada miseria,

y los ojos que fueran ideados
de festín, se ordenaron lentos cuerpos
de isla, brotes viudos
con ansias de gorriones
vetadas por decreto.

De lunas despobladas se acicala
mas, la lírica de un piano está vigente
y desguaza el dolor en su teclado.

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El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado aunque sea el dueño del mundo.
Epicuro

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4 comentarios:

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    Esther

    Felicidades por el hecho de ver publicados tres de tus poemas en este página.

    Te animo a que cada día de tu pluma sigan brotando renovados versos que nos hablen de inquietudes esperanzas, anhelos..., en definitiva que ilumine nuestro espíritu existencial.

    Sdor.

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  2. Muchas gracias por acercarte a la poesía de Esther, para mí ha sido un gusto incluirla en esta revista literaria.
    Precioso el ramo de flores que hiciste.
    Un saludo cordial
    Analía

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  3. Esther, me ha encantado poder leer estos poemas tan bellos, que reflejan tu sensibilidad, un abrazo amiga, espero poder verte pronto, un biquiño

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  4. Gracias por pasar a leer los poemas de Esther, querida Teté, y por tus conceptos.
    Espero puedan verse pronto.
    Un saludo cordial
    Analía

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