martes, 12 de enero de 2010

Rubén Vedovaldi

-Capitán Bermúdez, provincia de Santa Fe, Argentina-

Realismo libertario

Un pintor mágico-libertario pinta escenas de fuga de presos sobre el lado interno del patio de la penitenciaría Los guardias balean las imágenes de los fugitivos y el gobierno da ascensos y aumento de sueldo a los tiradores.
Los presos pintan guardias ahorcados dentro de sus celdas y los guardias al ver las imágenes mueren ahorcados. Entonces los presos dibujan puertas abiertas y se fugan.


Las cosas cuentan

Las cosas recuerdan el crimen que nadie ha visto. Alguien tenía que amar. Alguien tenía que odiar.
Las cosas callan.
Alguien tenía que matar a alguien. Las cosas gritan.
Alguien cambiará algo de lugar. El homicida huye a otra provincia con otro nombre. Las cosas saben el rastro.
¿Alguien descubre algo debajo de la alfombra?
Alguien habla con alguien lo que nadie sabrá. Alguien mueve papeles de una turbia alcaidía.
¿Ha muerto alguien que no tenía que morir?
¿Ha sido amado mucho alguien que nunca amó?
Sobre las cosas pesan milenios de locura, crueldades y homicidios.
Las cosas ya no saben dónde estar o no estar.


El sanador y los matadores

Un brujo de la selva curaba enfermos de tabaquismo por sugestión.
Viendo mermar sus ganancias, la mayor tabacalera intentó disuadirlo por soborno pero el brujo resultó insobornable.
Entonces intentaron matarlo pero sobrevivió a todos los intentos de asesinato y siguió curando fumadoras y fumadores.
Una Asamblea General de Naciones Unidas lo declaró enemigo de la humanidad, pero el brujo ni se enteró y siguió curando. Cuando ya no quedó un solo enfermo de tabaquismo ni fumador pasivo, el brujo intentó curar a los enfermos de armamentismo belicista, pero murió de viejo sin lograr curar a ninguno.


Filosofía filosa

Un artesano fabrica plumas para caciques y se las vende y se gana la vida hasta que vienen los europeos y matan a los indios. Entonces el hombre fabrica coronas y va y se las vende a los reyes hasta que los mercaderes no soportan más las monarquías. Entonces el buen hombre inventa la guillotina y se la deja de prueba a los mercaderes acordando que pasaría a cobrar más tarde.
Los mercaderes le cortan la cabeza a la familia real y cuando el buen hombre se presenta para cobrar por su eficaz invento,
lo guillotinan también a él.
MORALEJA:
La democracia termina donde comienza la guillotina.


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Después de echar un vistazo a este planeta, un visitante de otro mundo diría: “Quiero ver al manager”.
William Burroughs


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4 comentarios:

  1. Muy buenos estos relatos Rubén como ya nos tenés acostumbrados.

    Lily Chavez

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  2. Muy buenos trabajos Rubén.
    Me encantaron. De corazón, Norma

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  3. En poesia, en haikus, en relatos, en cuentos Rubén siempre sale airoso, excelente amigo, un abrazo gus.-

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  4. Mis queridos Liliana, Norma y Gus:
    Muchas gracias por sus elogiosos comentarios, tan merecidos.
    Mi abrazo y mi cariño
    Analía

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