viernes, 7 de noviembre de 2008

Analía Pascaner

-Catamarca, Argentina-

La locura y la mosca

Termino de almorzar, pido permiso para levantarme de la mesa y subo volando a mi cuarto para jugar a lo que más me gusta cuando estoy solita. Yo actúo, soy la mejor actriz y me sé todas las escenas, y la mejor de todas es cuando el príncipe azul me rescata porque estoy en peligro de muerte. ¡Eso sí me gusta mucho! Pero tengo poco tiempo para actuar porque cuando aparecen mis hermanos me da vergüenza, ellos me miran y se ríen de mí.
Mi mamá sube un rato después y va al baño, después se asoma a la puerta para preguntarme si hoy también estoy segura que no dormiré la siesta. Digo que no con la cabeza y le prometo quedarme muy calladita dibujando y pintando.
Nunca supe por qué mi mamá me obligaba a dormir cuando había sol. Antes yo me hacía la dormida pero siempre me descubría porque decía que ella escuchaba todo, hasta el volar de una mosca, cosa que no entendí nunca porque en mi dormitorio no hay moscas.
Mi mamá desaparece y vuelvo a jugar a ser actriz hasta que los actores y el público se van a dormir la siesta y luego me siento a pintar porque también el príncipe azul se fue a dormir.
Frente a mi escritorio hay una silla con cinco maderitas en el asiento, pero dos están sueltas y cuando cenamos, mi mamá reniega con mis hermanos para que claven las maderas porque el ruido la vuelve loca. Eso tampoco lo entiendo bien y me asusta mucho porque yo no quiero que mi mamá se vuelva loca. Debe ser muy feo tener una mamá loca.
Dibujo y pinto muy tranquila y sin molestar y ni siquiera canto un poquito. Me arrimo al escritorio haciendo que la silla se vaya hacia adelante entonces las dos patas traseras quedan en el aire, después apoyo toda la silla en el suelo y las dos maderitas sueltas hacen un ruido gracioso al caer: tzac-tzac. Me arrimo hacia adelante y… tzac-tzac, y otra vez hacia adelante y… tzac-tzac. ¡Eso sí me gusta mucho! Me divierto tanto que me olvido que el ruido y la mosca que nunca vi vuelven loca a mi mamá.
De pronto escucho: “Luuupiii, traeme una maderita…”. Mientras levanto una de las maderas sueltas de la silla, llamo en silencio al príncipe azul para que me salve de esta situación peligrosa. Entro despacito en la habitación de mamá cerrando un poco mis ojos para ver mejor. Ella pide que me acerque a su cama, entonces me pega con la maderita en la cola. Me duele bastante pero aprieto mis labios para no llorar delante de ella y cuando vuelvo a mi habitación lloro mucho por la traición del príncipe azul que no me rescató.
No entiendo por qué mi mamá me pega, no sé si es porque se está volviendo loca o porque tal vez hay una mosca escondida en mi pieza a la cual yo nunca he visto volar.

.............................................................................Invierno 2002

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…algún misterioso día húmedo
me volcaré en mí misma para siempre,
y no podrá nadie llamarme
por mi nombre,
porque seré un encierro de paz,
único y eterno.
Ana Istarú

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12 comentarios:

  1. bello texto para ir más alla amiga mía.
    Un abrazo Gus.

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  2. No sé si te lo dije antes, Analía, pero me encantó tu enfoque desde la niñez en La locura...
    Es má difícil la narración simple y flúida que la onda culturosa. Y se nota de qué lado estás.
    Un beso,
    Nolberto

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  3. Muchas gracias por sus conceptos, queridos Gustavo y Nolberto, aprecio sus palabras.
    Un cariño
    Analía

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  4. Analía, querida amiga: Tu prosa es cautivante, inquieta, dinámica y nada estructurada. Qué lindo es conocerte a través de ella. Y gracias por tanto amor a la palabra escrita y hacia nosotros que siempre difundes nuestros versos. Dios te bendiga siempre. Te quiero, Víctor Hugo Tissera

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  5. un cuento bien ubicado desde la mirada infantil, bravo!
    Pablo Fernandez

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  6. Agradezco sus conceptos acerca de este cuento, queridos Víctor y Pablo, ambos son generosos con sus palabras.
    Y bien sabés Víctor, que esta tarea de difusión la realizo con pasión, poniendo todo de mí.
    Muchas gracias.
    Un abrazo
    Analía

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  7. Te felicito por el cuento como si hablara una nena.
    Saludos
    Martín

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  8. Muy agradecida, Martín. Gracias por leer mi cuento.
    Un saludito
    Analía

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  9. Hola Analía! Muy hermoso tu cuento es muy conmovedor. Soy Nestor Musachi, escritor de El Trébol, Santa Fe. Hace unos meses edité mi segundo libro Mi tinta sigue hablando y me gustaría invitarte a ver mis trabajos en mi blog: nestorwillymusachi.blogspot.com y compartirlos con vos y tus amigos. Desde ya muchas gracias. Cariños. Nestor

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  10. Apreciado Néstor:
    Muchas gracias por leer mi cuento. Me agrada saber que te gustó.
    Te felicito por la edición de tu nuevo libro, desde ya deseo que te colme de satisfacciones y recompensas, para vos y tu gente amada.
    Recién he visitado tu blog. Gracias por compartir tus textos.
    Nuevamente agradecida por pasar por aquí, te dejo un saludo cordial
    Analía

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  11. Analía, quisiera poder explicarte que leo tus cuentos, y hay tanta vida propia y ajena en las historias. Tanta dulzura en el relato dramático que me hace sentir muy cerca tuyo. Con el cariño de siempre.

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    Respuestas
    1. Muchísimas gracias querida Ada, por tus generosos conceptos y por tu tiempo para leer mi cuento.
      Un saludito cordial, que estés muy bien
      Analía

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