miércoles, 11 de junio de 2008

Orlando Valdez

El color de la noche

todavía veneraba
cuando se iban
las estrellas
el color de la noche
la rompiente madrugada
el cantar
de golondrinas
y jilgueros
y el cielo
y el final
entonces
comenzaba
y el día
era de otros


No había huellas

no había huellas
en la arena
el filo de un cuchillo
entraba como olas
dominante
cautivo
del silencio
después
un grito
de sangre
de otras noches
viento


Y de esta lejanía

silencio
de silencio dentro
aurora de un sueño
que de madrugada
olvidara el mar
centinela
el canto
del ave
la traición
en la rompiente
de una ola
y de esta lejanía
el sol

Orlando Valdez – Rosario, provincia de Santa Fe
www.orlandovaldez.blogspot.com

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... las casas muy pobres no tienen cama, pero tienen televisor, y el televisor tiene la palabra. Comprado a plazos, ese animalito prueba la vocación democrática del progreso: a nadie escucha, pero habla para todos. [...] La publicidad no informa sobre el producto que vende, o rara vez lo hace. Eso es lo de menos. Su función primordial consiste en compensar frustraciones y alimentar fantasías...
Eduardo Galeano


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